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A dividir. Romay y Rezzónico disputan con mucho esfuerzo la pelota en las alturas. Alumni volvió a perder con Talleres en el “Cható” |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
La historia de Alumni con Talleres sigue sin encontrar un mínimo de alegría en el Estadio Córdoba.
Como si fuera un destino nefasto, marcado a fuego, el equipo villamariense tampoco pudo ayer demostrar que puede ganarle al grande de Córdoba y, como en otras oportunidades, volvió a perder un partido que le presentó chances para remontarlo, en lo que significó la primera derrota del elenco fortinero en la era Víctor Riggio.
El 2 a 1 a favor del puntero de la Zona 2 es inobjetable desde la jerarquía que imprimió el propio Talleres tanto como la falta de inteligencia que exhibió el visitante.
Es que Alumni jugó un tiempo entero con un hombre de más, alcanzó a empatar en el arranque del complemento, cuando precisamente comenzaba con esa ventaja numérica en la cancha, pero luego careció de peso en las áreas, donde la “T” realmente se hace fuerte.
De todas maneras, también vale aclarar que Alumni la sacó barata en el arranque del encuentro, en un lapso de 20 minutos donde Talleres fue una tromba que pudo haber liquidado el partido y no lo hizo.
Mucho se basó en la sapiencia de Héctor Arzubialde para armar el equipo, toda vez que resolvió poner tres delanteros y dejó huérfano de marca personal a Nahuel Caler, quien se había destacado en otros partidos como visitante a la hora de anular al estratega rival.
Los tres hombres de arriba de Talleres complicaron en demasía a una defensa fortinera que, en la previa, se destacaba por su solvencia. Entonces la pelota pasó seguido por las narices del arquero Carlos Ronco, cuando el local acechaba con pelotazos cruzados que encontraban en soledad a esos delanteros para la definición.
Alumni apenas intentó con las escapadas por derecha de Matías Bolatti, a espaldas de Ignacio Anívole, pero el resto fue todo de Talleres, que puso en aprietos a Ronco y abrió el marcador a los 9 minutos, cuando un centro al segundo palo encontró el cabezazo de Walter Ribonetto, la pelota viajó cruzada por encima de un arquero que pareció confiarse y no alcanzó a sacarla.
La reacción villamariense tardó en llegar, pero el equipo de Arzubialde le perdonó la vida en grandes situaciones nítidas que ni Sacripanti ni Aranda supieron definir.
Alumni fue un desconcierto en defensa mientras Talleres se perdía goles más difíciles de marrar que de convertir, entonces Riggio movió el tablero: corrió a Juan Aimar al medio e hizo retrasar a Román Strada para que se ubique de volante por izquierda. Así, “Zapallito” organizó la mejor jugada del visitante en la primera etapa, cuando le devolvió una pared a Bolatti, quien luego no pudo definir ante la arremetida de Crivelli.
El arquero de Talleres también mostró seguridad ante un remate de Emiliano Romay, en momentos en que los fortineros habían equilibrado el trámite del encuentro.
No obstante, la mayor preocupación de la “T” se dio sobre el final de la etapa, cuando Pieters (hasta entonces, una pieza clave) recibió la segunda amarilla y se fue expulsado, lo que provocó una serie de cambios defensivos para el segundo tiempo.
Así, Alumni tuvo más aire para el complemento y salió decidido a empatar, algo que logró a los nuevo minutos, merced a un arrebato individual de Hugo Yocca, quien marcó un verdadero golazo.
El santiagueño arrancó de tres cuartos de cancha para recibir la pelota, eludió a tres defensores tallarines y, ante la salida de Crivelli, definió al palo más lejano.
Pareció entonces que Alumni podía cambiar el rumbo de la historia, sin embargo, en defensa hizo agua cada vez que Talleres encaró con Riaño y Aranda.
El “Bati” finalmente fue quien colocó el empate a los 14’, después de un mal rechazo en el área de Ariel Mascambroni.
Allí la “T” hizo clinck caja, mientras Riggio mandó a la cancha a Diego Manicero (un cambio que demoró cuando había empatado Yocca) y ensaya otras variantes en búsqueda del gol.
Con uñas y dientes, el equipo de Arzubialde cerró los caminos y Alumni sólo controló la pelota en campo contrario, pero sin pisar el área rival con real peligro, salvo dos remates desviados de Manicero y un centro bajo que el ingresado Federico Depetris no pudo capitalizar.
Por eso la fiesta fue de los miles de hinchas de Talleres que volvieron a disfrutar de una victoria para soñar con el ascenso, dejando la tristeza en un Alumni que, sin fuerza frente a los arcos, será difícil que pueda escapar de la zona de descenso.
La figura
Walter Ribonetto marcó el primer gol del partido y luego aseguró el fondo con su experiencia y personalidad. Fue el caudillo del aguante de Talleres, cuando Alumni buscó herirlo en el segundo tiempo.
El árbitro
El rosarino Carlos Boxler no incidió en el resultado. Expulsó bien a Pieters y no se dejó llevar por las protestas rivales. Por momentos se guardó algunas tarjetas, pero llevó el control del partido sin grandes problemas.
Síntesis
Talleres 2
Crivelli 7
Ribonetto 7
Aballay 6
Rezzónico 6
Pieters 6
Gianunzio 7
Monay 7
Anívole 5
Aranda 6
Riaño 6
Sacripanti 5
DT: Héctor Arzubialde
Alumni 1
Ronco 4
Yocca 6
Molina 4
Díaz 4
Villagra 4
Bolatti 5
Caler 4
Mascambroni 4
Aimar 5
Strada 4
Romay 4
DT: Víctor Riggio.
Goles: 9m PT Ribonetto (T), 9m ST Yocca (A) y 14m ST Aranda (T).
Cambios: Inicio ST Martinelli (6) x Anívole (T) y Leyes (6) x Sacripanti (T); 15m ST Manicero (5) x Mascambroni (A), 25m ST Marín x Aranda (T), 29m ST Canelo x Bolatti (A) y 34m ST Depetris x Romay (A).
Amonestados: Monay, Sacripanti y Leyes (T); Díaz, Villagra, Bolatti, Mascambroni y Canelo (A).
Expulsados: 26m PT Carnieri (AC de A), 45m PT Pieters (T) y 25m ST A. Arzubialde (AC de T).
Jugado en: Estadio Córdoba.
Arbitro: Carlos Boxler (Rosario).
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