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Bernardo Rex, docente de la universidad de Minesotta, uno de los disertantes del Congreso |
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La segunda jornada del IX Congreso Nacional de Maíz estuvo marcada por la orientación científica de las disertaciones. Unas 750 personas aproximadamente se hicieron presentes para escuchar durante la mañana a los especialistas del módulo “Manejo por ambientes para optimizar el uso de nutrientes” y “Mejoramiento y biotecnología frente al cambio climático”.
En tanto, por la tarde fue el turno de los disertantes del exterior (Australia, Estados Unidos, Alemania y Venezuela, entre otros países) que expusieron distintas visiones en torno a las “Tendencias en el mejoramiento y la biotecnología del maíz hacia la próxima década”. También hubo espacio para las “Tendencias de caracteres secundarios en la mejora genética”.
@ Estrés hídrico
El doctor Rex Bernardo (profesor de la Universidad de Minnesota), aseguró que el problema principal del maíz es y seguirá siendo la falta de agua. “El maíz es la principal fuente de almidón, aceites, proteínas y esta realidad seguirá en crecimiento casi constante. Sin embargo, uno de los principales problemas que afecta el avance de este grano en el mundo es su poca -casi nula- resistencia a la escasez hídrica”, dijo.
En este sentido, el especialista estadounidense aseguró que aunque “no existe la magia en el maíz” y esta temática requiere mucho esfuerzo, evaluación y selección, es posible que “en función de la diversidad genética en desarrollo y los trabajos que se realizan en ese aspecto, en un futuro estará disponible una variedad resistente a la falta de agua”.
Otra de las limitantes que hoy encuentra el cereal es el aumento de la producción que “podría tener que ver con el agregado de tierras a la siembra de maíz”, indicó Bernardo. Estas superficies podrían ser campos que en la actualidad no están productivos y que son pobres en su naturaleza. “También podrían utilizarse tierras que en estos momentos se están trabajando con otros cultivos, como, por ejemplo, trigo”, agregó.
En el primero de los casos, si se exploran nuevas tierras el investigador ve un hecho positivo, pero en la segunda opción, que otro cultivo sea remplazado por maíz, el científico cree que “es una situación que debería ser analizada mucho más profundamente”.
Por último, con relación a la posibilidad de implementar la siembra directa en el contexto de cambio climático Rex Bernardo puntualizó que “la práctica de labranza reducida o siembra directa será una herramienta muy valiosa para reducir el impacto que la falta de lluvias y las altas temperaturas pueden provocar en los cultivos”.
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