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Los intendentes de Villa María y Villa Nueva se expresaron a favor de un “hermanamiento” entre las dos ciudades |
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El pensamiento viejo de un hombre joven
Leyendo la carta abierta de Germán Bicego publicada por EL DIARIO me surgieron estas reflexiones que quisiera hacer también públicas.
Las ideas no tienen edad pero hay pensamientos que ya son viejos.
No está mal añorar tiempos pasados y hasta ponerlos en perspectiva con los días que nos toca vivir.
Pero un dirigente político tiene que saber leer muy bien el presente y, fundamentalmente, soñar un futuro mejor.
Un dirigente que siga pensando en fronteras, en límites, en divisiones, en pequeñas quintas donde cosechar el fruto amargo de sus ambiciones, es un dirigente muy viejo aunque su DNI diga lo contrario.
Y es que por razones que hasta un niño puede distinguir, el mundo cambió, nos unió y nos hermanó de una vez, y espero que para siempre.
Mi perspectiva sobre la política conjuga el costado racional para proponer e instrumentar las decisiones que mejoren las condiciones de la población, con el costado pasional que permita soñar con un futuro mejor.
Por eso creo que si un dirigente renuncia a proyectar un porvenir justo y venturoso y si no confía en sus posibilidades y en las de sus conciudadanos para caminar hacia ese mañana debería mejor dedicarse a otra cosa.
Por ello me sorprenden las opiniones del respetable profesor Germán Bicego publicadas en EL DIARIO, cuando se demora en un extenso detalle en el que pareciera celebrar una incapacidad del pueblo de Villa Nueva para desarrollarse.
Pareciera añorar un mundo dividido, extrañar conductas sectarias y hasta desear una secesión preservativa que mantenga a Villa Nueva ajena al mundo y su crecimiento.
Porque la realidad social, comercial e industrial de Villa Nueva es la propia y no tiene por qué ser igual que la de Villa María o la de cualquier otra ciudad.
Es precisamente el reconocimiento de las particularidades, las diferencias y las idiosincrasias lo que permite avanzar en la concreción de este hermanamiento propuesto por las actuales autoridades de Villa Nueva y Villa María que contempla, fundamentalmente, la articulación de todos los actores de ambas comunidades que crean, desde luego, en las posibilidades de crecimiento. En ese espacio sería importante contar con el aporte del profesor.
Tal vez Bicego confunde los términos de la propuesta o está contaminado por una visión mercantilista que lo lleva a evaluar primero las ventajas económicas que debiera generar este acto.
Y se pregunta si el intendente Cavagnero “puede negociar en plano de igualdad con una administración…” ¿Pero qué es esto de negociar? ¿Qué entiende Bicego por hermanamiento? ¿Acaso cobra alquiler si un familiar le pide prestada una camisa? ¿Le suma intereses si se demora en la devolución? ¿Echaría del hogar a un hijo porque le desequilibra el presupuesto? ¿Con qué clase de valores, de visiones y de prácticas se incursiona en el debate público?
Estoy convencido que el Estado se parece más a una familia que a una empresa y entre hermanos es natural la ayuda, sin mezquindades ni aprovechamientos.
Los nuevos tiempos invitan al trabajo conjunto, a aprender de las diferencias y potenciar las particularidades. A escaparle a los sectarismos que tanto daño nos hicieron en el pasado. Porque la historia también tiene que enseñarnos a mirar el futuro.
Héctor Guillermo Muñoz
DNI 11.527.788
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