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Sin espacios. Gabetta cuida la pelota ante la marca pegajosa de Echevarría. Yrigoyen dio la nota y eliminó a Colón |
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Hipólito Yrigoyen finalista. Sí, este mismo equipo que en el último torneo tuvo que ir a jugar la promoción para evitar el descenso, hoy festeja a más no poder luego de obtener el pasaje a la gran final de la Liga Villamariense, tras dejar afuera nada más ni nada menos que al campeón Colón.
Lo hizo sin objeciones, con autoridad, dejando en claro que esta vez va en serio, como en aquel 2006 cuando gritó campeón por última vez.
Afuera Colón, afuera el candidato. Ese que parecía tener el camino allanado hacia la definición y que ahora observa desde afuera cómo dirimen la corona que es suya y en dos semanas ya no será.
Irregularidad, ausencias importantes y falta de juego colectivo, son algunos de los puntos en los cuales el cabralense falló en este último tiempo. Porque a pesar de que Colón ganó el número uno en la etapa regular, siempre dejó la sensación de que algo le faltaba.
Por su parte, Yrigoyen arrancó de menor a mayor, con dudas en el inicio del semestre, pero con un equipo firme que sabe a lo que juega en estos play off.
En ese marco, el partido siempre se jugó como quiso Yrigoyen, que con la ventaja obtenida en Tío Pujio, supo ser inteligente, cerrar los caminos y jugar de contra. En frente, un Colón desesperado desde el minuto cero, corriendo sin pensar, amontonando compañeros sin idea alguna, con falta notable de profundidad.
Entonces, la visita empezaba a avisar que Diego Marín e Ignacio Negrini estaban dispuestos a aprovechar cada error del rival. A los 3’, Negrini habilitó a Marín, pero Giraudo tapó la primera clara.
Los de Jorge Peñaloza sólo asustaban con algunas pelotas paradas que entregaba el costado izquierdo defensivo del visitante y que Gustavo Cardona metía en forma de centro. Hasta que luego de dos tiros libres similares, en el tercero Cardona decidió pegarle al primer palo, para abrir el marcador y empezar a soñar con dar vuelta la serie.
Yrigoyen, a pesar del gol siguió de la misma manera sabiendo que Colón insistiría con el ataque incesante. Otra vez un encuentro entre Negrini y Marín, dejó esta vez al “Nacho” de cara a Giraudo, pero el “Mono” dijo no.
A los 45’, Cardona tuvo que dejar la cancha por un problema en el hombro y el partido se le abrió al visitante. Ya que en esos cinco minutos finales, Negrini perdería otro mano a mano con el uno local y Matías Barbuio desperdiciaría una contra con un remate desviado.
Pero Yrigoyen comenzaría el complemento con el envión de la primera etapa y entonces, a los dos minutos festejaría el empate. Sebastián Solís (de gran segundo tiempo) guapeó el balón en la puerta de área, para llegar a fondo y enviar un centro perfecto a la cabeza de Marín. El goleador del campeonato metió un frentazo a “contra pie” de Giraudo, para poner el 1 a 1 (2’).
Colon no lo podía creer, sabiendo que otra vez tenía que volver a empezar. Dentro de ese panorama, solo un error de cálculo del arquero Pedernera, le otorgó un cabezazo a Federico Tottis que no supo capitalizar. Peñaloza intentó con Federico Figueroa y con Mayco Basualdo pero nada cambió en las filas del último campeón, costándole mucho crear situaciones de gol.
El “diablo” se abroquelaba perfectamente con las dos líneas de cuarto, arriba Marín y Negrini (luego Liendo), para correr a todas.
Y a pesar de que el “Nacho” Negrini perdió otra posibilidad clara, tras una tapada de Giraudo, el gol para Yrigoyen iba a llegar. Fue en el minuto 39’, Rodrigo Liendo (en dudosa posición adelantada) se encontró con Marín, para que el ex Colón deje atrás al aquero y defina colocando el 2 a 1.
Justamente Marín, aquel que rompió las redes para Colón, hoy colocando a Hipólito Yrigoyen en la final. Para que festeje la hinchada numerosa que llegó desde Tío Pujio, para que disfrute Germán Vicario en lo que será su despedida del “diablo” y para que sueñen los protagonistas de un equipo que tiene un anhelo, el de salir campeón.
El protagonista
El gran protagonista de la clasificación, el goleador más activo y vigente de todos. Hablamos de Diego Marín, quien nuevamente le otorgó su brillo a un Hipólito Yrigoyen que dio otro gran paso en el actual certamen, nada más y nada menos que a la final y tras eliminar a Colón, el último campeón.
Marín, sin dudas, fue autor principal para la felicidad de su equipo como para la amargura de su ex club, Colón, que volvió a padecerlo en la actual temporada, después de tantas e inolvidables satisfacciones que le otorgó. El fútbol es así, se podría decir, pero en este caso, Marín es así, sinónimo de gol.
Con la clasificación en el bolsillo, Marín habló con nuestro medio y expresó: “Llegamos a la final porque Hipólito Yrigoyen metió y corrió como nunca”.
Y, pensando en la definición del título, remarcó: “Sólo con mucho esfuerzo conseguiremos el título tan ansiado”.
Mientras tanto, pese a la felicidad deportiva, Marín vivió sensaciones muy difíciles en la jornada de ayer, y sobre la misma indicó: “Festejé los goles con mi hermano porque perdí al sobrino que siempre venía a la cancha a alentarme. Es una herida muy grande la que tengo y ningún triunfo deportivo la va a cerrar”.
El árbitro
Adolfo Rodríguez tuvo un partido aceptable, no cometió grandes errores y tuvo siempre el encuentro controlado. La única falla existió en el segundo gol de Yrigoyen, por presunta fuera de juego de Liendo, pero el juez se amparó en el línea Fernando Mansilla.
La figura
Diego Marín estuvo intratable durante todo el partido, convirtió los dos goles de su equipo y luchó contra toda la línea defensiva, aguantando y jugando de espaldas al arco. Estuvo bien secundado por Ignacio Negrini.
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