Escribe: Juan Manuel Gorno

Es tedioso y repetitivo decir que Alumni no aprende todavía a ganar en Plaza Ocampo. Parece una cuestión instalada por decantación en este torneo.
Sin embargo, cada partido encierra una historia nueva. Y el de anoche se transformó en el partido de la polémica, por el penal que el árbitro mendocino Fernando Espinosa le regaló a Desamparados de San Juan para terminar empatando 1 a 1, en el sexto compromiso del equipo villamariense como local.
Es una sentencia generalizada que Espinosa influyó en el resultado, tan cierto como el bajón futbolístico que tuvo Alumni de un tiempo a otro, con todo lo que eso significa para estos momentos flacos que atraviesa.
Es que la formación dirigida por Víctor Riggio fue una tromba en el primer tiempo y un cúmulo de imprecisiones en el complemento, algo que aprovechó Desamparados, aunque sin hacer demasiado más que capitalizar el obsequio del árbitro.
De arranque nomás, parecía mentira que fuera Alumni el último de la Zona 2 y el visitante quien pelea por una clasificación.
Con vocación ofensiva, desborde por los costados (con Román Strada por izquierda y Matías Bolatti por derecha) y un enganche movedizo (Juan Aimar), Alumni se las rebuscó para inquietar al arquero Diego Aguiar en la primera etapa, cuando Emiliano Romay trataba de moverse por todo el frente de ataque y Francisco Paravano peleaba palo a palo con el experimentado central Ariel Barth.
El propio “Pancho”, en su retorno a la titularidad luego de mucho tiempo, se convirtió en protagonista porque generó espacios y probó seguido al arco.
Aguiar le tapó una chance clara, a los 3 minutos y luego el delantero mandó un remate desviado.
Pero el ex guardametas de Talleres y Juventud Antoniana también se lució con un tiro de emboquillada que envió Aimar, además de atrapar un remate esquinado de Strada.
Por entonces, Alumni tenía el dominio territorial y el monopolio de la pelota, aunque carecía de la estocada decisiva frente al arco rival.
No obstante, el gol se hizo esperar y llegó de manera espectacular, a los 46 minutos, ya que Aimar le dio una cesión magnífica a Paravano y éste no se achicó, acomodó la pelota con el pecho, midió el arco y la mandó a guardar con un disparo de derecha.
La algarabía por la victoria que empezaba a tomar forma se vivió con intensidad en las tribunas y se trasladó al complemento, cuando Alumni salió decidido a dar batalla y cerrarle los caminos al elenco sanjuanino.
Sin embargo, a los 19 minutos, el técnico Darío Tempesta metió dos cambios y le dio mayor protagonismo a su equipo en la mitad de cancha, con el ingreso de Miguel Guirado y Gerardo Corvalán.
Todo pudo desvanecerse en el visitante cuando Diego Manicero (quien entró por Romay en Alumni) organizó un contragolpe que terminó en el remate restante de Bolatti, pero Aguiar volvió a brillar con un manotazo perfecto, bien abajo, al lado de su palo izquierdo.
Minutos después llegó lo inesperado: el árbitro, desde mitad de cancha, vio un penal en una mano -que si fue, no se percata una mínima intención- por parte de Gastón Molina.
Al delantero Emanuel Reinoso poco le importó, ya que canjeó la injusticia por gol, con remate cruzado, para darle la igualdad al equipo sanjuanino.
Alumni tuvo tiempo para ganar, pero el nerviosismo fue mayor y sólo se pudo contabilizar un remate de Strada que pasó desviado, en los instantes finales del partido, cuando Riggio había mandado a la cancha a Federico Depetris, con la idea de sumar poder en el área.
En consecuencia, el silbatazo final de Espinosa no hizo más que prolongar la tristeza de Alumni, que se retiró de la cancha como saboreando una derrota.
Ni el resurgimiento goleador de un delantero interesante como Paravano ni el buen nivel que exhibió Aimar ni la gran tarea del equipo en la primera mitad fueron suficientes para contrarrestar la desazón absoluta en el conjunto fortinero.
La obsesión por ganar había llevado a más de mil hinchas al estadio, esperanzados con ser testigos de la primera victoria. Pero está claro que habrá que seguir esperando, sin saber hasta cuándo.

El árbitro

El mendocino Fernando Espinosa cobró un penal inexistente desde la mitad de la cancha, algo que lo hace menos creíble todavía.
Cometió errores técnicos, le faltó amonestar por simulación en dos ocasiones y careció de coordinación con los asistentes. Muy flojo.

La figura

El arquero Diego Aguiar fue clave para el empate positivo de Desamparados, ya que tapó varios remates de sumo riesgo y le tapó a Bolatti un remate de gol que pudo haber cambiado la historia.
En Alumni, Francisco Paravano volvió con todo y marcó un golazo. Además, Juan Aimar estuvo movedizo y dio la cuota de juego en el primer tiempo.