EL DIARIO Rural y el INTA fueron invitados a participar del cierre del año lectivo en la Escuela Rosario Vera Peñaloza, afincada en la ex Colonia La Internacional, en la zona rural de Silvio Péllico, a cargo de la docente-directora Alejandra Ruiz, personal único de la escuelita, que fue una de las ganadoras del certamen “La justa del saber agropecuario” desarrollado en el marco de la Mega Ericca 2010, con el tema “Cuidando el ambiente rural”.
La docente, gratamente conmovida por la presencia de “las visitas”, entre quienes se encontraban el padrino de la escuela, el comunicador villamariense Héctor Cavagliato, quien dijo ser un nexo entre las necesidades de la escuela y quienes puedan acercar ayuda, las autoridades del Ministerio de Educación, inspectores Patricia Acastello y Raúl Padilla (Regional), manifestó que el trabajo que están realizando en Ciencias Naturales, es un proyecto integrado desde jardín hasta sexto grado, es una semilla que crecerá para beneficio del campo y la ciudad.
Los 20 alumnos trabajaron durante el año, en un herbario, que requirió del desarrollo de investigación permanente, en el medio ambiente y hábitat de la comunidad educativa, con la intención de ir reconociendo no sólo las formas y normas ambientales, sino para saber la importancia de proteger al ambiente y especialmente a los suelos, que nos proveen de los alimentos para sobrevivir.

“El mejor ejemplo”

La inspectora de Zona, Patricia Acastello, dijo a una cronista de este medio, que la especialización que brinda el Promer a escuelas rurales, que es la Especialización Superior en Educación Rural a Nivel Primario, "que si bien es opcional, hay muchas docentes que lo realizan (entre ellas Alejandra Ruiz) que tienen la especificidad de Ciencias Naturales, es un enfoque de apertura a la investigación del contexto, a trabajos de experimentación, revalorizando el medio ambiente, partiendo del propio contexto, de acuerdo a la ubicación agroambiental donde está inserta".
En ese aspecto, destacó que "es un trabajo sumamente rico y productivo, como el que se mostró en esta escuela, el herbario, fotografías como fuente de análisis, recolección de seres vivos y esto exige la confección del 'cuaderno de campo', donde promueven un rol protagónico del alumno".
"La incorporación de las tecnologías que ahora llegan al campo, el trabajo en red con otras instituciones, es fundamental, y el nuevo modelo de escuela que apunta a dar respuesta a la diversidad, es la escuela rural, porque en las escuelas urbanas, graduadas, con respuestas homogéneas para la totalidad de alumnos de cada curso, es difícil ser diverso. En las escuelas rurales, donde comparten la misma aula desde jardín hasta el último curso, se genera autonomía, la aceptación del otro, el conocimiento de las distintas demandas de acuerdo al nivel al que concurra", consideró Acastello.

La continuidad

"Hay que insistir en la articulación entre primaria y secundaria, para que puedan continuar capacitándose. El enfoque metodológico en sí, es que se trabaja en las escuelas públicas, con un resultado de progreso impresionante. El tema es cuando en las instituciones privadas secundarias no se llevan adelante las mismas metodologías y se corre el riesgo no sólo de perder el rumbo, sino la posibilidad de alumnos en las escuelas", aportó y subrayó como fin, "para que esta actitud del alumno reflexivo y crítico continúe".

Pampa nuestra

Un acto sencillo, el miércoles pasado, en medio del campo cordobés, donde el único medio de conexión con el mundo es una radio, donde reciben Educación Física con una profesora itinerante, donde se acordó con la licenciada Luciana Ezcurra (INTA Pro Huerta) el comienzo de la huerta y granja para el próximo año y donde se celebró el aprender y se festejó “vivir en el campo”. Tratando de ser cada día mejores personas, con papás y mamás, en su mayoría tamberos, con una comisión Cooperadora que trabaja denodadamente, con el apoyo de este padrino periodista y la comunidad de Silvio Péllico; una lección de vida, de lo cotidiano que se engrandece en el esfuerzo y vocación de los docentes que hacen latir el corazón del campo argentino.

Vilma Perrachione