Ayer se cumplieron 10 meses del fallecimiento de un gran jugador que tuvo Alumni: el “Cabezón” Carlos Roach.
Un grupo de amigos del Alumni de la década del ´70 hurgó el baúl de los recuerdos y encontró esta fotografía como un modo de recordar a aquel brillante mediocampista que falleció a los 57 años, el 22 de enero de este año.
Y vaya si en esta formación no hay rostros conocidos. Grandes jugadores de aquella década que han sabido darle al club muchas satisfacciones.
Basta entonces repasar sus nombres: parados, de izquierda a derecha, Aguilera, Ismael “Quiquí” Etrat, Raúl Bernardi, Ismael “Sapo” Arce, Rubén Miranda, “Vasco” Day, Piva y Osmar Carrera.
Agachados, José Vilella, el “Cabezón” Roach, Omar Bertino, el “Nene” Iván Miranda, Osvaldo Liai, Omar Donatti y José Luis Pisaroni.
Y ya que tomamos el camino de los recuerdos, el 23 de enero de este año EL DIARIO se hizo eco de la muerte de Carlitos, de esta manera:
“Ayer fue un día triste para Alumni. Es que falleció, a los 57 años, un símbolo del club, Carlos Roach, luego de luchar desde hace tiempo con una larga y penosa enfermedad.
El deceso del ex jugador de Alumni fue cerca de las 19 horas en el Hospital Privado de Córdoba, donde se encontraba internando, por lo que la dolorosa noticia llegó a la entidad fortinera y entonces, previo al inicio del encuentro de anoche con Villa Mitre de Bahía Blanca, se realizó un minuto de silencio en su memoria.
El ‘Cabezón’, como cariñosamente le decían sus amigos, jugó en el club ‘fortinero’ entre los años ´70 y ´80, convirtiéndose en uno de los mediocampistas más importantes que tuvo Alumni en toda su historia.
Además, vistió la casaca de destacados seleccionados de la Liga Villamariense y jugó dos años en Grecia.
También, dejó un dolor imborrable en los Tribunales de Justicia de nuestra ciudad, donde trabajó muchísimos años.
El fútbol, además, le dio más satisfacciones, ya que uno de sus hijos varones, Guillermo, muestra sus condiciones como arquero en los diferentes clubes locales y de la región.
Sin dudas, el ‘Cabezón’, un tipo carismático y muy querible, dejó una huella imborrable en la institución villamariense y ahora palpitará desde el cielo todo lo que le suceda a su querido Alumni”.