Desde hace un par de años, Alumni no puede construir grandes alegrías para su gente y el domingo, tras empatar 1-1 con Desamparados de San Juan, en Plaza Ocampo, directamente la paciencia se acabó.
En la puerta del estadio, al cierre de la noche, algunos hinchas fortineros se quedaron para insultar a los jugadores en la salida y pidieron ganar en los próximos partidos, mientras que el arquero Carlos Ronco “se cruzó” con el presidente Guillermo Morelatto, en otro suceso que marcó el estado de malestar que atraviesa todo el mundo Alumni por estas horas.
La falta de buenos resultados, sobre todo en la primera parte del campeonato, dejaron mal parado al club villamariense, que marcha último en su zona y sigue en Zona de Descenso directo, con todo lo que esto significa.
Es por ello que los hinchas, que alentaron durante gran parte del encuentro ante los sanjuaninos, se desinflaron por bronca en los últimos minutos y luego se quejaron con cánticos hirientes hacia los integrantes del plantel.
El clima caliente redondeó una semana diferente en el club, donde el técnico Víctor Riggio había preparado un equipo más ofensivo luego de perder por primera vez desde su llegada (en Córdoba, ante Talleres), mientras la dirigencia le rescindía el contrato a tres jugadores: el arquero Julián Espeche, el central Gonzalo Charra y el volante Diego Bonaldi, quienes habían jugado poco en la temporada y arrastraban lesiones.
Pero todo hubiese cambiado si el equipo ganaba ante Desamparados en un partido donde el árbitro mendocino Fernando Espinosa influyó en el resultado, al cobrar un penal inexistente que determinó el empate del visitante.
“Esto pasa únicamente acá”, se quejaron algunos jugadores, haciendo referencia al arbitraje que perjudicó al local en la “Placita”. Y lo mismo pensaron algunos simpatizantes al retirarse del estadio, como criticando el “poco peso” que los dirigentes de Alumni tienen en el Consejo Federal de AFA.
Las críticas a los directivos también se dieron en otros ámbitos y por cuestiones mínimas, pero a tener en cuenta, como la floja atención a la prensa que tiene el club en comparación con el resto de las instituciones de la categoría.
Es que, al no estar presente Bergesio (un colaborador nato de la entidad), ni siquiera un vaso de agua le llevaron a los periodistas, que suelen recibir buena atención en los demás escenarios del Argentino A. Encima, la escalera de madera (propiedad del municipio local) que se encuentra en la zona de vestuarios, estuvo a punto de ceder cuando periodistas sanjuaninos intentaban subir al techo del vestuario, lo que hubiese provocado un accidente lamentable.
Por esto y mucho más, Alumni refleja por qué se encuentra más en zonas de abajo que peleando por algo importante.
Ahora depende de una reacción positiva del equipo, que afrontará dos partidos consecutivos en la “Placita” y buscará cambiar enojos por satisfacciones, de una vez por todas.


Lo bueno

Algunas cosas positivas que dejó el domingo para Alumni:
• La nueva propuesta del entrenador Víctor Riggio, en el planteamiento del partido, surtió efecto en el primer tiempo, donde el equipo creó situaciones y llegó al gol.
• Se destapó el delantero Francisco Paravano, quien antes no tenía chances de ser titular, esta vez marcó un golazo y parece que se ganó un lugar.
• La defensa mejoró con respecto al partido ante Talleres y el volante Juan Aimar tuvo un buen rendimiento como enganche definido.
• A pesar que el equipo está último, tiene posibilidades de salir rápido de la Zona de Descenso directo, si gana los próximos dos compromisos como local, ante Maipú (el domingo) y Estudiantes (el sábado posterior).