Escribe: Jesús Chirino
En noviembre de 1933, en el salón de un cine teatro de la ciudad, el Partido Socialista organizó un funeral cívico en honor a José Guevara, diputado provincial por ese partido, asesinado en la ciudad de Córdoba.
Matan a Guevara
Luego del golpe militar del 6 de setiembre de 1930, apenas se abren algunos procesos electorales los socialistas argentinos comienzan a participar de los mismos. Posición que contrastaba con la abstención que los radicales pusieron en práctica luego que se anularan las elecciones de Buenos Aires al ganar la UCR. Era claro que las elecciones que se hicieran estarían teñidas de fraude. A pesar de esta diferencia, con los radicales, el Partido Socialista, de importante inserción en el sector obrero, actuaba como fiscal del poder de turno.
Nicolás Iñigo Carrera en su trabajo “La clase obrera y la alternativa parlamentaria (1932-1936): el Partido Socialista” dice “…el 28 de setiembre de 1933 fue asesinado en la capital cordobesa el diputado provincial José Guevara, mientras se celebraba en la esquina de Achával y Belgrano un acto socialista que sufrió cierto hostigamiento policial y de un grupo de civiles de conocida filiación fascista; mientras hablaba un orador una persona que se desprendió del grupo fascista, después de gritar ‘abajo el fascismo’, lo que fue respondido con gritos y balazos por el grupo de civiles, se fue acercando al diputado Guevara y le disparó dos balazos…”. El diputado murió poco tiempo después. El asesinato de Guevara se inscribía en una serie de atentados fascistas en el país.
Funeral en Villa María
El sábado 18 de noviembre de 1933 la prensa local, como el diario “Tercero Abajo” anunciaba que en pocos días se desarrollaría un homenaje a José Guevara. Una nota, bajo el título “Funeral cívico en memoria de José Guevara” informaba que en los últimos días de ese mes se llevaría a cabo “…en uno de los salones de nuestra ciudad un funeral cívico en memoria del ex-diputado socialista…”. En una época en que las manifestaciones fascistas estaban a la orden del día, el anunciado homenaje adquiría gran importancia, de allí que se anunciara la participación de los líderes más conocidos del Partido Socialista de la República. El artículo periodístico mencionado señalaba como seguro el éxito que tendría el acto, dado que “...todavía -estaba- viviente el horrendo crimen que perpetraron los Legionarios Fascistas y del que fuera víctima el hombre, que se recordará en el funeral a realizarse”.
Autoritarios locales
La intensa actividad fascista argentina también tenía su reflejo en Villa María. Quienes adherían a esta ideología se oponían a la democracia, creían en la violencia como un fin estético y ético en la política. Años antes, el padre intelectual del fascismo argentino, Leopoldo Lugones había anunciado, en 1924, la “hora de la espada” explicitando su proyecto de revolución autoritaria en contra del sistema democrático.
En la década del ‘30 los nacionalistas fascistas de la Legión Cívica Argentina, pegaban carteles con mensajes que reflejaban su ideología autoritaria. En el Archivo General de la Nación, en la caja 49 correspondiente al archivo de Juan B. Justo, puede accederse a la letra de uno de esos afiches negros que dice: “Extranjeros: bienvenidos los que comparten la grandeza de nuestra Patria; pero malditos los que vienen con propósitos de desorden y anarquía”. Es claro, entendían la Patria desde una clave xenófoba y excluyente, que no dejaba lugar para aquellos que no compartieran su ideología. La Legión Cívica era una fuerza paramilitar que entre sus objetivos tenía el de desarticular las manifestaciones obreras.
El miércoles 22 de noviembre, un día antes del homenaje a Guevara, según informara “Tercero Abajo” aparecieron en la ciudad algunos volantes fascistas. La crónica señaló que “A plena luz del día, gozando de la más vergonzosa libertad, los nenes del fascio local procedieron… a pegar unos cuantos carteles amenazantes, muy a tono con las bastardas pretensiones de quienes los fijaron en las paredes…”. Algunos vecinos reaccionaron despegando los carteles. El periodista, ante la irritante complacencia policial, escribió acerca de la “...tolerancia policial…” para estos casos que contrastaba con “…la rigurosidad puesta en vigilar los pasos de determinados ciudadanos…”. Rigor que, según la misma fuente, “…hizo cometer a nuestra Policía errores...”, Mientras que “…a los fascistas se les deja maniobrar libremente a las 7 de mañana…”. Esa era la misma Policía local que dos años después dispararía, hasta no tener más balas, contra los trabajadores municipales que realizaban una huelga por los pagos miserables que recibían.
Un acto antifascista
A pesar de la provocación de los fascistas, todo se fue armando para realizar con éxito el Funeral Cívico a Guevara aquel jueves a la noche. El acto en el Cine Capitol, en memoria del diputado asesinado contó, según “Tercero Abajo”, con “…una concurrencia de unas cuatrocientas personas, aproximadamente…”. Para el día domingo, a las 17 horas se anunciaba otro acto en el que se repudiaba el fascismo en la ciudad. La cita era en la plaza Centenario y esa vez organizaba la Unión Cívica Radical. Si bien en la sociedad se desarrollaban las oscuras fuerzas del nacionalismo fascista, también hacían escuchar su voz los hombres y mujeres que luchaban por una sociedad inclusiva que no tuviera como ideal la violencia política. De esa manera se rendía homenaje a hombres como José Guevara.
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