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Alumni alegre, con Strada sonriente después de un gran gol. Alumni se retira triste y preocupado después de otra victoria frustrada en condición de local |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
Será un capricho de la fortuna o simplemente una costumbre encarnizada lo de Alumni en Plaza Ocampo.
Otra vez dejó escapar puntos de local y le dio vida al rival, en este caso Deportivo Maipú de Mendoza, que lo igualó en un par de oportunidades y consiguió el 2 a 2 final que duele más en Villa María que en cualquier lugar del Argentino A, al cabo de la 14ta. fecha de la zona 2.
Entonces, así como sucedió el pasado domingo y en otros tantos partidos, el equipo villamariense se quedó lamentando lo que pudo haber sido y nunca fue.
Empezó ganando en el primer tiempo, lo madrugaron en el segundo, luego volvió a ponerse en ventaja y a poco del final sufrió un empate por inocente, dentro de un partido complicado, jugado con dientes apretados.
En virtud de los hechos, está claro que Alumni no sabe ganar o aprovechar sus momentos favorables. Reacciona cuando las urgencias se lo piden, pero carece de la lectura suficiente del juego para no dejar reaccionar a sus rivales.
En principio, al equipo villamariense no le costó tomar protagonismo porque fue al frente con desbordes por las puntas y casi tres delanteros, ya que Román Strada, si bien bajó para recuperar, llegó seguido al área y se convirtió en una pieza clave para el ataque.
De un pase preciso del ex Matienzo llegó la primera gran chance para el equipo fortinero, cuando Francisco Paravano envió un remate por encima del travesaño.
Luego Strada recibió una habilitación de Juan Aimar por la izquierda y, entrando al área, sacó un remate de zurda muy desviado, en momentos que Alumni acorralaba al visitante.
Es que Maipú tardó en acomodarse al partido y recién salió de la “cueva” promediando la primera etapa, ya que antes sólo buscaba mediante pelotazos largos hacia la corrida de su mejor jugador, el rápido delantero Lucas Gamba.
En lo demás, el elenco mendocino se preocupaba por ordenarse atrás y no dejar jugar a “Zapallito” Aimar, quien era perseguido constantemente por el volante César Medina.
Sólo una jugada aislada, con un centro de Vélez para el ingreso de Soto por el segundo palo (con remate desviado), llegó a inquietar el arco de Ronco antes de la apertura del marcador.
Entonces, a los 29’, Alumni sacudió la modorra con un golazo espectacular de Strada, quien -en casi ocho metros afuera del área- efectuó una mediavuelta y sacó un disparo violento que se clavó por encima del arquero Martín Ríos.
La gente empezó así la fiesta en las tribunas, mientras Ríos debió esforzarse para desviar lo que pudo ser el segundo de Alumni, tras otro remate de Strada, quien era la figura del partido.
Sin embargo, Maipú fue equilibrando el juego y, sobre el final de la etapa inicial, estuvo cerca de empatar con dos jugadas: primero Gamba, mano a mano con Ronco y de contragolpe, mandó la pelota rasante y apenas desviada. Y luego Fernando Labaké, tras un tiro libre, cabeceó de espaldas al arco y la pelota pegó en el travesaño.
Esto fue un presagio de lo que vino en el complemento, etapa en la que Carlos Sperdutti resolvió sacar al irresoluto Enzo Presti para meter a un juvenil habilidoso: Franco Moreno.
Al minuto nomás, Gamba se hamacó entre dos marcadores, vio el espacio y definió como los dioses, por abajo y al palo más lejano de Ronco 1 a 1.
Alumni, con antecedentes frescos de partidos frustrados, tardó en reaccionar y no supo tener la pelota, motivo por el cual Ronco debió salvar su arco ante un remate de Soto.
Sabiendo que el partido se debatía mucho en la mitad de la cancha y que su equipo perdía en los rebotes, el “Tano” Riggio movió el banco; dejó a tres en el fondo y colocó un volante central más (Ariel Mascambroni), además de mandar a la cancha a Orlando Porra para combinar con Aimar en el armado de juego.
Igual Maipú llevó todo al terreno de la fricción, apelando a la lucha de sus volantes centrales y a la presión de sus defensores para no dejar maniobrar a los delanteros fortineros.
Así, sólo algún arrebato de Strada (quien perdió otro duelo con Ríos) y una jugada en pelota detenida podía cambiar la historia.
En este segundo aspecto, lo de Porra fue magnífico, ya que ejecutó un tiro libre desde casi 41 metros, a los 26 minutos, y sorprendió a Ríos con una comba perfecta que derivó en el 2 a 1 para el local.
¿Era la fiesta? ¿El momento especial tan esperado? ¿Se quebraba la racha? No, para nada.
A los 38 minutos, un tiro de esquina para Maipú terminó en el cabezazo goleador de Soto y el visitante se aseguró el empate tan temido por los casi mil hinchas que aguardaban la victoria fortinera.
En síntesis, Alumni no pudo ganar, siguió sin salir del fondo de la tabla y acumuló frustraciones, a pocos días de afrontar el clásico ante Estudiantes de Río Cuarto, otra vez en la esquiva “Placita”.
El árbitro
Por su flojo recorrido por el campo, el santafesino Pablo Ocampo no vio muchas infracciones, sobre todo en las áreas. Además, dejó pasar algunas faltas que ameritaban amonestar. Igual no influyó en el resultado y terminó bien el partido.
La figura
Román Strada marcó un verdadero golazo y fue el más peligroso de Alumni en todo el partido. Y en el otro equipo, Lucas Gamba hizo lo propio, anotando el primer empate y preocupando a toda la defensa local.
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