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Una imagen de la extraordinaria actuación de Jairo (gentileza La Voz del Interior) |
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A la tarde en la boletería, el cartel que aseguraba “Jairo, localidades agotadas” daba a entender lo que vendría después. Ese después era a las 21.30, la hora señalada para la cita entre una de las mejores voces cordobesas y mundiales.
Si bien comenzó 20 minutos más tarde de lo estipulado, cuando ingresó con su traje negro, camisa blanca y en el bolsillo del saco un pañuelo rojo, los minutos de espera se olvidaron y los aplausos comenzaron a escucharse.
“Me encanta esta hora del día”, “El acuerdo”, “Malavida”, del nuevo CD y “Milagro en el bar Unión” junto a “Duerme Negrito” fueron las primeras cinco canciones. Luego hizo un parate y aseguró: “Muchas gracias y buenas noches. ¿Qué les voy a decir que no haya dicho ya?, al entrar por la puerta del teatro es como que entro en la casa de un familiar directo. Gracias por venir a compartir esta casa de familia”.
Luego llegó la hora al gran Atahualpa Yupanqui. Así Jairo aseguró que “Atahualpa tenía el don de cantar canciones y hacerlas popular, pero lo más importante era que hizo canciones para que fuéramos mejores”. Acompañando a esta afirmación “Los hermanos” se escuchó en la sala contando acerca de los hermanos que tuvo y de la novia llamada libertad.
“Cabballo loco”, “La balacera” continuaron con los éxitos para luego darle lugar a temas del nuevo trabajo. “Marido y mujer”, el muy aplaudido “Los enamorados”, y “Capintería San José”. Uno de los momentos mas emocionantes fue cuando cantó “Lucía se va” hecho para su hija que vive en España. Ya con su hijo Yaco en el piano cantó en francés “L’encre rouge” (La tinta roja) que aseguraba que había cosas que se escriben con ese color. Amistad, compañero, esperanza, justicia y perdón. Luego vendría el momento de “Romance del Chulo viejo y Pepe Bombón” presentada como “una historia que puede pasar en cualquier lugar”. “Venime a buscar” la canción dedicada a su padre e Illia fue previa de “El ferroviario”, “Santa Argentina” una bella canción por los 200 años y que se llevó una ovación. Luego al volver en un amague de fin de concierto, “Indio Toba” y el “Ave María”en francés y a capella en castellano terminaron por darle la marca registrada al show.
Buenas compañías
En un show que duró más de dos horas se vio al Jairo que se conoce. Impresionante en voz y estilo. Acompañado de unos músicos excepcionales, entre ellos su hijo. Unos 23 temas más los que cantó con la presentación de la banda como “Amigos míos me enamore” y otros clásicos.
Se vio en el show un trabajo muy logrado como “Los enamorados” que es su último trabajo. Un disco en el cual Jairo recorre historias, algunas propias que fue lo que se vio en el escenario. Un recital cantado pero sobretodo contado, teniendo la sensación de proximidad con el público.
En este trabajo, como en muchos temas participó Daniel Salzano. Quien comentó, fiel a su estilo, una historia. Si bien era de Borges el se dio e gusto de “acortarla”. Básicamente era la historia de un emperador chino que mandó a un ayudante a realizar una enciclopedia universal. Este último a punto de morir se da cuenta que le faltó buscar el significado y poder contar la Luna. Salzano dijo así, “ustedes, el público viene a ser el emperador y nosotros somos esa persona que trata de explicarles la Luna”. Y continuó “lo mejor para nosotros los cantantes es no encontrarla y poder seguir haciendo canciones”.
Simple. Tan simple y profundo como el show que hizo Jairo. Como sus canciones, sus historias contadas y cantadas. Como él.
Juan José Coronell
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