“Qué descansada la vida...
La del que huye del mundanal ruido
Y sigue la escondida senda
Por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido”
Los versos de Fray Luis de León son mencionados por el personaje de Linón, una novela publicada allá por 1939. La autora de la obra tenía tan sólo 19 años.
Pasaron 71 años y la escritora que supo conmover con su visión del amor cerró sus ojos y se perdió en el mundo del ensueño que ella supo describir con maestría.
Sí, Olga Fernández Núñez dejó el mundanal ruido y se escapó por la escondida senda trazada por la muerte.
Lo hizo tranquila, acariciada por su familia, en la ciudad que la vio trabajar sin descanso por la cultura.
Se fue, sin fuegos de artificio, se despidió con la humildad de los grandes. ¿Se fue, realmente?
Seguramente, no. El fuego de su vida estará siempre encendido en cada una de sus obras, en las paredes de la Sociedad Argentina de Escritores, en los archivos de la Junta Municipal de Historia, en la Casa Radical, en los talleres culturales, en los colegios. En cada uno de los corazones de quienes compartieron su lucha de noventa años.
Olga nació en Villa María, el 2 de enero de 1920. Las escuelas “Sarmiento” y “José Ingenieros” la albergaron en sus aulas cuando era una niña y la inspiración tocaba a su puerta.
En el Instituto del Rosario obtuvo el título de Secretariado Comercial en 1937 y el de maestra Normal Nacional en 1941. Profesora Elemental de Piano, Teoría y Solfeo, egresada del Conservatorio “Chopin”, dice su currículum
Su devoción por la música quedó plasmada en esa primera novela que comenzó a escribir a los 15 años y publicó a los 19.
“Linón fue una novela de amor, sencilla; lo más curioso es que uno de los diarios decía que se notaba que la autora había frecuentado la lectura de los novelistas franceses, porque tenía una influencia muy marcada de esa novelística; yo sola me reía porque había leído algo, pero no para que yo adquiriera esa corrección”. Con estas palabras dichas a EL DIARIO, en 2009, Olga definió su creación inicial.

Una larga trayectoria

“Es una pérdida irreparable por su trayectoria”, afirmó Eduardo Belloccio a EL DIARIO. Uno de sus compañeros en la Sociedad Argentina de Escritores, a nivel nacional, recibió la noticia en Buenos Aires y se mostró muy consternado.
“Acompañó todos los procesos culturales, era socia honoraria de la SADE local. Hace unos días hablé por teléfono con ella, estaba tan lúcida...”, afirmó en diálogo telefónico con la cronista de nuestro matutino.
En la hoja de vida de Olga podemos leer su historia profesional a través de los diversos cargos que ocupó. Ejerció la docencia desde 1942 en varias escuelas provinciales del Departamento San Martín culminando su carrera como vice-directora de la Escuela “Dr. José Bianco” (1969).
Desempeñó el cargo de preceptora de Menores de la Cárcel de Encausados (1964-1969).
Fue la primera presidenta Diocesana de la Liga de Madres de Familia (1961).
Como miembro reorganizador de la Unión de Educadores de la provincia fue delegada Departamental (1957).
Presidió la comisión oficial de Homenaje al Sesquicentenario de la Independencia (1966).
Miembro fundador de la Asociación Cultural Sanmartiniana (1968). Integrante de la comisión Municipal de Cultura (1958-1978). Secretaria de la Dirección de Cultura (1978-1991).
Secretaria de Prensa y Protocolo de la Municipalidad de Villa María (1970).
Regente de APARI (hoy Escuela Nº 20).
Secretaria de Relaciones Públicas del Instituto del Rosario (1972).
Secretaria del comité de circuito de la Unión Cívica Radical (1992).
Presidenta de la comisión Permanente de Homenaje al Dr. Amadeo Sabattini.
Responsable del área del Archivo Municipal sobre historia local.

El oficio de escribir

La pasión por la prosa y el verso la acompañó a lo largo de toda su vida. En 1939 publicó su novela “Linón”, con prólogo del periodista Juan José de Soiza Reilly.
En 1979 dio a conocer el libro de poemas “Bajo el cielo de Villa María”, de su autoría, con poemas póstumos de su hermano Isidro Fernández Núñez, orador y político desaparecido.
Fue coautora de dos libros, juntamente con el historiador Bernardino Calvo y la escritora Dolly Pagani: “Historia de la Literatura de Villa María” y “Villa María, 100 años de Literatura”.
En 1992 dio a publicidad el texto “Amadeo Sabattini, síntesis de su vida”, al cumplirse el centenario del natalicio del ex gobernador de Córdoba y uno de los referentes más importantes del radicalismo.
La pluma fue la herramienta más querida. Publicó en periódicos y revistas.
La segunda novela de Olga Fernández Núñez, abrió la serie de presentaciones de libros en la ciudad el año pasado.
“La escritora” fue la primera obra literaria que se presentó en sociedad en 2009 y ese acto tuvo como marco una reunión de la SADE nacional, con la presencia del mismísimo presidente, biógrafo de Borges, Alejandro Vaccaro. En el prólogo de la novela, Dolly Pagani escribió: “La aparición de este libro, es como un milagro de fecundación, en la madurez generosa de su autora, en la plenitud de su entusiasmo creador, en la permanente realidad de su vocación inconmovible.”
Sin duda, Olga llevó hasta el último minuto la plenitud del entusiasmo creador.
¿Se fue, en realidad, Olga Fernández Núñez?
Físicamente, será despedida en la sala velatoria de la Empresa Paviotti, ubicada en Catamarca y Parajón Ortiz. Luego, le dirán adiós en una ceremonia a llevarse a cabo hoy, a las 17, en el cementerio La Piedad. Pero, sembró tanto a su paso por este mundo, dejó tantas obras eternas, que su nombre estará siempre vivo en la historia cultural y política de la ciudad.