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La jueza no está de acuerdo con el sistema de entrega directa y dijo que en muchos países ya no se permite |
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En lo que va del año, todavía no se realizó una sola guarda preadoptiva (la primera está a punto de concretarse), aunque hubo otros casos de adopción a través de la modalidad de entrega directa, según reveló ayer la jueza de Menores de Villa María, Cecilia Fernández.
La magistrada concedió una extensa entrevista en su despacho a EL DIARIO para hablar del tema y precisó las complejidades que presenta el sistema de adopción en la ciudad.
De lo reflejado por la jueza, se desprende que el Registro de eventuales adoptantes casi no tiene movimiento, habida cuenta de que no hay bebés para adoptar.
¿Por qué? Porque en la mayoría de los casos, las personas que deciden dar sus hijos llegan a Tribunales con la definición de a quién se los dará, según contó Fernández.
“La entrega directa es una excepción que tiene la ley. Los papás determinan, en el ejercicio de su patria potestad, quiénes son las personas que han elegido para que se hagan cargo de sus hijos. Dicen que a tal persona le tienen confianza, que la conocen y que saben que cuidará del bebé”, explicó.
La entrevistada recalcó que en todo este acto hay una serie de condiciones y de pasos. “La mamá cuenta con asesoramiento letrado, intervienen los equipos técnicos, se habla mucho, se realiza una audiencia con la presencia de todas las partes”, apuntó. “La ley establece que debe estar fundada” esa decisión de darse el bebé a cierta persona.
Solteros
Muchas veces, eligen entregar el heredero a un soltero/a.
Es más, “la pareja es la excepción y la regla es que lo adopte una persona. En el caso de la pareja, se puede concretar siempre y cuando sea un matrimonio”, puntualizó la magistrada.
La titular del Juzgado de Menores de la Cuarta Circunscripción Judicial con asiento en Villa María consideró que “corremos menos riesgos” en el caso de que se efectúe la adopción a través del sistema de registro, no de entrega directa.
“Para graficar, podría decir que quienes están anotados son papás más sanos, en el sentido de que han atravesado una serie de pasos que los ubicó en ese listado de adoptantes. Mi preocupación es que el niño crezca en un ambiente de protección y de amor. Esto es más profundo que la letra de la ley, va más allá de lo legal”, manifestó.
Luego, advirtió: “Dar un hijo es un acto de amor, no un desprendimiento malicioso”.
Fernández consideró que “hay familias que adoptan y otras que nunca pueden adoptar, en el sentido de que reciben un hijo y no lo “adoptan”, es decir, siempre va a haber un justificativo negativo sobre el niño: le va mal en la escuela porque es adoptado, se comporta mal porque es adoptado. No, no es así. Si se lo educó, se lo contuvo y se lo crió bien no tiene porqué ser así”.
“Todas estas cuestiones se trabajan con el Equipo Técnico, por eso es importante el Registro. Mucha gente, luego de las entrevistas, desiste de querer adoptar un hijo”, reveló.
“Ocurre que suelen decir que quieren un niño para no estar solos, o porque no tienen a quién dejarle la herencia u otras cuestiones. Les preguntamos: ¿va a adoptar para no terminar solo? El tema es demasiado importante y sensible por lo que requiere de condiciones y evaluaciones”, comentó.
Fernández remarcó que “es muy importante el derecho del niño a ser feliz, a conocer su identidad”. En este aspecto, dijo que la ley obliga a que a los 18 años la persona pueda acceder a su expediente judicial, para conocer su pasado, las razones de la adopción, sus padres biológicos, entre otras circunstancias.
Ante una pregunta de EL DIARIO, precisó que la mayoría de las personas que deciden dar a sus herederos son madres solteras.
“Siempre se les pregunta quién es el padre de la criatura y por lo general no lo dicen”, confió.
La jueza, ante precisiones, confirmó que, como mínimo, se dan anualmente entre 5 y 6 casos de guardas preadoptivas.
Primero, la madre
Cecilia Fernández advirtió que “siempre hay que agotar todos los medios para que el niño se quede con su madre biológica, indagando sobre lo que la impulsa a entregarlo”. “Puede ser que no tiene trabajo, puede ser que no tiene adónde dejarlo, entonces aparecen la posibilidad de un empleo, de una guardería, etcétera”, ejemplificó.
Fernández reiteró que la entrega directa “es uno de los agujeros negros que tiene la ley” y que “hay países en que no se permite más” esta modalidad.
“Tal vez soy demasiada estricta, pero al niño hay que darle las mayores garantías, por eso me inclino al Registro, ya que así se hará cargo una familia que ya fue evaluada, que está convencida de que quieren ser padres. El expediente en el que están es otro parto”, ilustró.
“Es tan importante y sagrado adoptar que hay que tener las máximas garantías de que los hijos sean hijos queridos. Nos podemos equivocar, pero esa familia ha pasado instancias que dicta la norma y se sometió a evaluaciones”, concluyó la magistrada.
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