Un grupo de jóvenes que estaba pintando en cercanías del busto del “Che” Guevara fue detenido por una patrulla de la Policía local, que lo trasladó a la Jefatura. Estos hechos son ya de dominio público.
Esta es una situación más de las que vienen sucediendo en la ciudad, también con menores y adolescentes; el planteo, el interrogante, es qué hace la sociedad frente a esta circunstancia, qué hacen las instituciones, la Justicia, el poder político, la escuela y la familia.
Nadie puede hacerse el despreocupado frente a estos escenarios que se vienen generando cada vez con mayor frecuencia.
Para algunos surge la vieja idea del “ingeniero”, de bajar la imputabilidad de los menores, la pena de muerte y la modificación del Código Penal. Otros, asustados por el tema de las adiciones.
Pero todos -a nosotros nos queda la sensación- se quedan en el discurso, y es poco lo que se propone para ver de qué manera podemos acompañar ese proceso de crecimiento y desarrollo intelectual y humano, de nuestros jóvenes y juntos encontrar los caminos para que ellos en plena libertad construyan su mundo.
Desde Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), como entidad defensora de los derechos, con la sencillez de espíritu, pero sin que falte la mirada crítica, proponemos con urgencia una convocatoria en la que nadie puede estar ausente, para encontrar los caminos que nos permitan abordar el tema de la violencia instalada en la sociedad, lamentablemente también en las instituciones que tienen que ser el resguardo de la convivencia, en un ámbito de libertad y de pluralismo, que es la única forma de garantizar y profundizar la democracia.
En esta intención de involucrarnos todos, familia, escuela, organizaciones sociales y Estado, es necesario que nos hagamos ciertas preguntas.
¿Cómo responde la sociedad, en el marco de su responsabilidad colectiva, frente a los jóvenes a veces abandonados a su suerte, víctimas de un contexto social que lo expulsa y lo margina?
Son momentos de compromiso, de solidaridad en defensa de los derechos. Pueden ocurrir situaciones confusas, y en esas circunstancias no podemos dejar de acompañar a los compañeros que, en momentos críticos y sin medir los riesgos personales, se colocan al lado de quienes los necesitan.

Comisión de APDH
Delegación San Martín