En lo que va de 2010, hay 20 inscriptos en el Registro de Adoptantes de Villa María.
Así lo revelaron ayer desde los Tribunales locales ante la consulta de EL DIARIO. Durante 2009 se habían anotado 12 personas con la intención de recibir un bebé.
El registro de interesados en adoptar se lleva en el quinto piso del Palacio de Justicia, donde funcionan Superintendencia, la Fiscalía de la Cámara del Crimen y la Cámara del Crimen. Precisamente en la primera de esas dependencias es donde debe concurrir la gente que quiere adoptar un niño.
Consultada por este matutino, Silvia Pedernera precisó que el número de inscriptos ya alcanzó las 171 personas.
Ante la pregunta, recordó que “la ley no discrimina” por lo que hay personas solteras interesadas así como también matrimonios. En su mayoría, son parejas las que dejaron asentada ante la Justicia su deseo de obtener un pequeño en guarda adoptiva.
En esta dependencia se llenan los formularios necesarios para iniciar el trámite.

No hay movimiento

En la edición del jueves, la jueza de Menores de la Cuarta Circunscripción Judicial con asiento en esta ciudad, Cecilia Fernández, reveló que recién ahora está por concretarse (por primera vez en 2010) una guarda preadoptiva.
Lo que ocurre es que se produjeron varios casos de madres (en su mayoría solteras) que entregaron a sus hijos, pero la Justicia no pudo acudir al registro de eventuales adoptantes ya que fueron las progenitoras las que decidieron a qué persona le encomendaban la crianza de sus herederos, lo que se conoce como el sistema de “entrega directa”.
En la oportunidad, la magistrada reveló que no concuerda con este último sistema, al advertir que quienes figuran en el registro ya han sido evaluados por los equipos técnicos del Palacio tribunalicio, lo que brinda más garantías de que el niño se criará en un ambiente sano, con contención, amor y educación.
Fernández manifestó a este medio que en algunos países ya no se permite el sistema de “entrega directa”.
La titular del Juzgado de Menores también advirtió que varias de las personas que se anotan para adoptar desisten de hacerlo luego de las instancias evaluativas a las que se someten.