Un curso de Oratoria se dictará desde el miércoles en el Colegio de Abogados de Villa María.
Estará a cargo del actor y director teatral Javier González, y se extenderá a lo largo de cuatro encuentros de dos horas cada uno.
Los objetivos del curso serán "incorporar las nociones básicas sobre el fenómeno de la oratoria; reconocer las virtudes y carencias propias en cuanto a la elocución, abordar las técnicas de respiración, dicción, articulación e impostación de la voz y utilizar la palabra como herramienta fundamental en la comunicación (contextualización, verosimilitud, adecuación, etcétera)".
Entre los contenidos se cuentan los siguientes: sistema de respiración (tipos y técnicas), la palabra hablada, el cuerpo lúdico, la coherencia del símbolo como vía indispensable de una buena comunicación.
Se desarrollará los miércoles de 20 a 22 horas, costará 120 pesos y habrá cupo limitado. La inscripción se realiza en General Paz 371 en horario matutino.
Estará dirigido a público en general, y especialmente a profesionales, docentes, alumnos, animadores socioculturales, comunicadores sociales y todos aquellos que trabajen con la palabra.
Según expresó el Colegio Profesional, "resulta extraño que la Oratoria no figure como asignatura en la carrera. Carece de sentido que los abogados seamos inexpertos en el uso de la voz, la retórica, la psicología de la persuasión, la argumentación, el lenguaje del cuerpo y las figuras. Los grandes bufetes envían a sus socios a clase; los más jóvenes reciben cursos de comunicación interpersonal y los seniors aprenden dialéctica en las llamadas 'presentaciones eficaces'".
"El arte de convencer y entusiasmar a los demás por medio de la palabra acertada, por medio de un discurso convenientemente estructurado y a través de la entonación y acentuación oportunas es algo que se puede aprender. Lo que en muchos buenos oradores parece talento natural y facilidad de palabra es casi siempre fruto de largos años de práctica. Aquél que va limando y perfilando su personalidad y se hace con un repertorio de técnicas puede, llegado el caso, poner en práctica un amplio abanico de posibilidades, y convencer. También resultan decisivas la irradiación personal, la forma de hablar y el volumen, la gesticulación, el temperamento e incluso la fuerza expresiva de la mirada. Todo este conjunto de factores determina el éxito o el fracaso de un orador", señaló la entidad.
En diálogo con EL DIARIO, el docente del curso manifestó que "en realidad esta disciplina no se denomina Oratoria, sino Retórica, y es una ciencia que se viene cultivando desde la Grecia antigua".
"Perseguimos con ella, tres fines: uno estético, otro persuasivo y un tercero comunicacional", subrayó González, quien ha dictado curso similares en la Universidad de Belgrano, y otras instituciones.
"Pero nos comunicamos no sólo con la palabra, sino con el cuerpo, algo que la sociedad tiende a negar", añadió a la vez que aconsejó aprender a expresarse leyendo a Descartes, Aristóteles y Platón, como modelos de buena retórica. Por el contrario, descalificó a los modernos medios de comunicación tales como el celular y el chat, porque, sostuvo "no completan el fenómeno de la comunicación que se da a nivel piel".
"El curso de Oratoria puede servir no sólo para hablar en público, sino para relacionarse mejor en la familia, en el trabajo y en la sociedad en general -detalló- ya que se dan técnicas para entablar un diálogo, donde cuentan la postura, el ánimo, la historia de mi interlocutor, tanto como lo que quiero comunicar."