A través de este viaje, se visitaron establecimientos lecheros que siguen siendo empresas familiares pequeñas, más la alta eficiencia en el manejo de los sistemas las han transformado en rentables y culminamos con la visita al tambo de la cooperadora del INTA Manfredi, que es digno de ser analizado por la practicidad y eficiencia en el uso de recursos.
Al comienzo de la Jornada, el ingeniero Sergio Dequino, titular del INTA Villa María, destacó la importancia de “promover y sostener a la pequeña empresa familiar lechera, ya que en el campo hay lugar para todos, y hay que incorporar más gente al campo, hay que recuperar la cultura de vivir en el campo y la cultura del trabajo”.
“La calidad de vida, hace a la felicidad y bienestar de la gente y eso se transmite, vivir en el campo, en contacto con la naturaleza, es más que plata, es salud”, sostuvo en ingeniero.
A su entender, “por fin se ha entendido desde los estamentos gubernamentales de la importancia del sector lechero en la rueda productiva de cada región y localidad donde está implantado, ya que el Ministerio de Agricultura de la Nación y la Subsecretaría de Lechería de dicho Ministerio, están trabajando duro en ello para recuperar y destacar la relevancia económica y social de esta actividad”.

El tambo, multiplicador de empleos

“El tambo ocupa el cuarto lugar en la matriz nacional generadora de empleos, dentro de 124 actividades (las más destacadas) ya que cada tambo genera 14 empleos directos y cinco indirectos, lo que le da una vital importancia”, afirmó el titular del INTA Villa María, Sergio Dequino.
Añadió que “el Cluster quesero en nuestra región ha demostrado lo que esto significa, ya que ha unido a entidades públicas y privadas, a productores, a fabricantes Pymes, en la preocupación por la lechería regional y proyectar actividades concretas para sostenerlas y hacerlas crecer”.
“Córdoba es la principal productora de leche del país, ya que encabeza la lista con el 37% de la producción nacional, le sigue Santa Fe con el 32%, Buenos Aires con el 25% y el resto con el 6% y en Villa María se producen dos millones de litros diarios y se elaboran cuatro, o sea receptamos el doble de lo que producimos, y somos un epicentro de la producción láctea”, manifestó el titular del INTA.
Sostuvo además que “si bien en el Departamento San Martín, la agricultura ha avanzado en forma vertiginosa en los últimos 10 años, hay más vacas y hay más leche. Por eso es indispensable que se mantenga el caudal de leche producido, haciendo una buena distribución de los suelos entre agricultura y ganadería”.
Es posible la subsistencia de los pequeños tambos familiares. Se preguntaba el profesional, y la respuesta es SI, porque no sólo hay ejemplos de ello, sino que hay posibilidades de obtener mayor rédito, minimizando los riesgos con eficiencia y escala, de acuerdo a las capacidades de cada uno, incorporando tecnología, genética, y muy especialmente, gerenciamiento, que controle la administración de alimentos, todas las actividades diversas y complementarias, que regule el endeudamiento aceptable de acuerdo al tamaño de la empresa y contrate personal capacitado, que esté cómodo y motivado para seguir trabajando.
Si bien hay brechas tecnológicas con los grandes productores, lo más importante son la pasión, la vocación y la aptitud, la empresa familiar agropecuaria debe tener objetivos claros, y si bien en muchos casos se torna pesado ya que el productor debe desempeñar un triple rol, que es mano de obra, capital y administración, no es simple, la diaria no es simple, pero hay factores que influyen, como los humanos y económicos, que hacen a la decisión de enfrentar los desafíos, apuntó Dequino finalizando la charla.

Los tambos visitados, para ver y aprender

Llegamos en los tres micros dispuestos para el viaje, al campo de la familia de Ricardo Ferrero, en la zona rural de Tío Pujio, quien recibió al contingente haciendo el relato de su historia de tambero, comentando que en el año 2000, con 28 vacas, el primer día ordeñó 45 litros, y si bien el trabajo fue arduo, apostando a crecer paulatinamente y en etapas, hoy ordeña alrededor de 2.700 litros diarios, en las 76 hectáreas, donde mantiene en encierro a la invernada, el tambo es a base pastoril (principalmente alfalfa) y suplementa con rollos y algo de balanceado según las necesidades que estimen con el asesor, ingeniero Julio López, quien destacó la dedicación, el esfuerzo y la convicción de la joven familia, que apostó en una zona donde tienen limitante hídrica, con suelos overos, donde hacen verdeos de invierno y silos de maíz en verano, con la proyección de llegar a los 11 mil litros hectárea/año, ya que han sumado 135 hectáreas alquiladas para ampliar y mejorar la producción.