|
|
|
|
|
|
|
Alfonsín y la presidenta actual, en el homenaje al ex mandatario, días atrás |
|
|
|
|
|
El próximo 30 de octubre se cumplen 25 años que en elecciones libres, transparentes y sin proscripciones el pueblo argentino iniciaba la fantástica aventura colectiva de recuperar la democracia.
Quedaban atrás 50 años signados por golpes de Estado y concluía la peor pesadilla de nuestra historia con sus secuelas más traumáticas generadas por la dictadura militar, el terrorismo de Estado y la irresponsabilidad bélica de Malvinas. Entendíamos claramente la diferencia entre democracia y dictadura: era la posibilidad de vivir o morir por una idea. Así de simple, así de dramático.
Miles de jóvenes nos sumábamos a los partidos políticos, y con renovado entusiasmo comenzábamos el desafío de reconstruir nuestro futuro, nuestro nuevo y propio destino. El preámbulo de nuestra Constitución Nacional adquiría un significado distinto en boca de Raúl Alfonsín, quien nos convocaba a hacer realidad "la unión nacional, la defensa común, el bienestar general, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo".
La historia y el presente nos comprometían definitivamente a la participación y a la militancia política como un deber cívico y como una forma elemental de garantizar la continuidad y el afianzamiento institucional de la nueva democracia.
El 30 de octubre de 1983 la ciudadanía vota ungiendo al doctor Raúl Alfonsín presidente constitucional. Hito histórico, fecha refundacional de la República.
Como debía ser la transición política, se cumple con la inexorabilidad que en el mundo marcan todos los hechos políticos similares.
A 25 años de aquella epopeya ciudadana que significó el inicio del primer gobierno democrático posdictadura y considerando que el tiempo transcurrido es muy poco en la vida de una nación, entiendo que la figura del doctor Raúl Ricardo Alfonsín ya entró en la Historia grande de nuestro país y se proyecta como arquetipo de demócrata para las próximas generaciones.
Sus recientes palabras con motivo del descubrimiento de su busto en la Casa Rosada marcan meridianamente su personalidad, su pensamiento y sus convicciones forjadas en años de lucha inclaudicable por su partido, pero fundamentalmente por todos los argentinos.
Doctor Alfonsín: en la convicción de interpretar a muchos, reciba usted nuestro agradecimiento por su conducta ejemplar, por sus convicciones puestas permanentemente al servicio del país, por su prédica constante a la unidad nacional, por su honestidad personal, todos atributos que nos enorgullecen y nos motivan a seguir trabajando todos los días por un país mejor.
Y gracias por reconocer sus errores en su último discurso como presidente. Un gesto que sólo distingue a los grandes.
Carlos Gagliano
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|