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La autora del artículo, con CFK |
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Cristina Fernández de Kirchner es esencial, profundamente, mujer; antes, desde antes, desde siempre y por siempre. Esa condición en ella marca su modo de vida. A partir de allí, de ese estado-mujer, Cristina asumió desafíos que transformó en victorias a lo largo de su vida. Como estudiante, como profesional, como legisladora, como constituyente, como presidenta. Su personalidad no es así “porque es Mujer”. Es Mujer, por eso es así.
¿Así cómo? Absolutamente laboriosa, cuidadosa del detalle, femenina, con un lenguaje claro, sin medias tintas -al que se le suma el lenguaje de los gestos, también claro-, memoriosa, estudiosa, de mirada directa, contenedora, firme, segura. El pueblo la escucha, comprende sus palabras, entiende el movimiento de sus manos, su discurso es docencia; todos y todas sabemos qué dice y lo que dice es lo que siente y piensa.
Es una mujer, y por ser mujer construyó el poder que administra desde hace tiempo de manera diferente. Tal vez la manera más difícil, la que no provoca el delirio de los adherentes en el primer instante; esa manera que ella sabe, siempre lo supo, con el primer acorde musical no logra la música total, pero que con el tiempo, ella sabe, porque es mujer, los acordes, todos enlazados, compondrán la música que el pueblo necesita y quiere escuchar, y una vez que la sienta sonar en sus oídos, el pueblo y la mujer sabrán que nunca más querrán dejar de escucharla.
Es una mujer y por tal, el poder en sus manos, para muchos, no queda bien. El poder siempre “queda” mejor en manos masculinas. Pero sus manos son tan poderosas, como su discurso, como su intelectualidad, como el amor por su compañero, como el fortísimo compromiso con los que menos tienen.
Ese compromiso es el que hoy se expresa en transformaciones, en cambios rotundos, fuertes, positivos hasta la médula, para las mayorías.
Así, por ser mujer, el poder administrado por ella es distinto. Al género masculino le cuesta entenderlo, a las mujeres argentinas les impacta, a los jóvenes, de cualquier sexo, les encanta. Convierte el poder en nuevos derechos. Es distinta, es mejor, por eso conduce, por eso gobierna.
Es mujer, administra poder y gobierna a su pueblo dándole herramientas para la emancipación intelectual, instancia superior al propio concepto de justicia social.
Nora Bedano
de Accastello, diputada
nacional, FPV-CBA
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