En los últimos tiempos, Deportivo Argentino e Hipólito Yrigoyen se erigieron como “candidatos al título” previo a cada torneo, aunque sus historias no los representan con esa tradición, si se comparan los títulos que ostentan con otras instituciones.
No obstante, a través de diferentes maneras de afrontar un certamen, en las últimas dos décadas, ambos tuvieron un crecimiento pronunciado y, por ello, en la actualidad son catalogados entre los clubes más representativos de nuestro fútbol.
Argentino lo hizo mediante sus poderosas divisiones inferiores y con la particularidad de afrontar recordadas finales. Mientras que Yrigoyen se fortaleció con sus grandes planteles que provocaron los primeros títulos del club y por afrontar campeonatos nacionales.
De esta manera empezaron a sostener un crecimiento futbolístico e institucional, a través de los años, hasta arribar a esta próspera realidad, en el aspecto futbolístico, jugando una final de campeonato y, en lo institucional, con sendos estadios entre los mejores de la región.
En el plano futbolístico, ambas instituciones tuvieron sus épocas gloriosas, elogios y reconocimientos que le permitieron obtener la corona.
Argentino con aquel ya lejano título del año ‘90 del entonces equipo de barrio Santa Ana, como así también en esas recordadas finales con el poderoso Alumni en el arranque del nuevo milenio, donde el conjunto “albiazul”, con “Cholo” Romero a la cabeza, tuvo que conformarse con los subcampeonatos en primera división, pero sumando innumerables títulos en el fútbol juvenil.
Justamente, en esa década del ‘90, más precisamente en las temporadas ‘96 y ‘97, el club tiopujiense tuvo su proceso más dorado.
Encabezados por el dirigente Darío Ranco (actual presidente de la Federación Cordobesa) y dentro de la cancha por el técnico Jorge Peñaloza, Yrigoyen obtuvo sus primeros títulos en el ámbito local y además realizó la gran odisea de recorrer el país en el torneo Argentino B.
De esos recordados tiempos fueron protagonistas el gran “Bicho” Ochoa, el “Chelo” Bizarri, el “Gringo” Róvere, el notable goleador “Quique” Páez o el “Nano” Schiavi, por citar algunos, que conformaban un notable equipo con jóvenes de ese tiempo, tales como Pablo Vicario (hermano del actual técnico) y Carlos Fernández.
Después llegó el torneo nacional, todavía con el protagonismo de un gran arquero como el “Pato” Bomprezzi o la magia del “Beto” Arenas, entre otros.
El primero
Bajo el mando de Pedro Calderón, un 17 de diciembre de 1990, casi 20 años atrás, Deportivo Argentino se coronaba por primera vez en la historia campeón de la Liga Villamariense, tras obtener el primer puesto en un cuadrangular final.
Con recordados jugadores, como “Tonafo” Demarchi y “Pablito” Osés (quienes después ganaron todo con ese Yrigoyen mencionado), “Yoyo” Berterame, De Miguel, y los delanteros Diego Ajona, Damián Daghero y Fabián Echegaray (quien luego se transformó en un gran goleador del fútbol local), el elenco “albiazul” se llenó de gloria y logró esa corona que siempre había sido esquiva.
El Ultimo
Más allá de esos recordados años de Hipólito Yrigoyen en la década del ‘90, la última vuelta olímpica de los “diablos rojos” fue en el Apertura ‘06, con Heraldo Pereno como entrenador.
En ese equipo, que se consagró en la última fecha al vencer a Atlético Ticino, el técnico perdiceño mezcló valores símbolicos del club (Fernández, Róvere y Vicario), con figuras del fútbol local (Ariel Berterame, Ortiz, Liendo, Velasco, Bendazzi, Suárez) y prometedoras individualidades (Morre, Gabetta, Merani), consiguiendo otorgarle el tercer título a la entidad tiopujiense.
Todo este repaso indica que estos clubes en los últimos 15 años han tenido sus mejores procesos en el plano futbolístico e institucional y si bien están lejos de los más ganadores (Alumni tiene 19 títulos, Alem 14 y Colón 12), sus realidades indican que tienen mucho más por ofrecer para lo que viene. Por eso hoy será un día trascedental.
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