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Pepo Garay
Especial para EL DIARIO

Desde que te fuiste, todo cambió. Las tardes se volvieron grises. Las esperas largas. Nos dejaste añorando, desconcertados. Rumiando lo que se podía, inconformes entre las migajas. Pasaron los días, las semanas, los meses. Y nada. Hasta que un día, el Sol nos hizo un guiño. Ahora lo sabemos. Estás ahí, palpitamos tu llegada. Gracias, verano querido, gracias por volver. No sabés cuánto te extrañamos.
Ya está. El regreso de la estación más deseada es inminente. Viene cargada de días extensos, luminosos. Y de oportunidades de recreación y disfrute. Trae vacaciones en las alforjas. El país lo recibe encantado, con opciones múltiples en materia turística. Hay para todos los gustos.

Patagonia
Impactante, magnífico, deslumbrante, el sur argentino acopia adjetivos y varios de los paisajes más asombrosos que se puedan encontrar alrededor del globo. El verano mejora aquellas postales, permitiendo disfrutar las siluetas de la Patagonia sin miedo al frío y el clima despiadado. Un mundo natural de cara a la cordillera, entre lagos y cumbres infinitas. En el sector norte, Bariloche y San Martín de los Andes demuestran porqué no sólo viven de la nieve. La región ofrece horizontes diáfanos, que permiten apreciar toda la belleza andina. Penetrando al sur, en la provincia de Santa Cruz, lugares como El Chaltén o el Glaciar Perito Moreno potencian cualquier sensación previa. Ushuaia, el fin del mundo, corona el convite.

Norte y Cuyo
Aún con las altas temperaturas, la zona norte resulta otra opción para pasar la época estival. El ambiente seco le gana a la humedad, tornando agradable el clima. Las alternativas son múltiples: los deliciosos Valles Calchaquíes, (desde Cafayate en Salta, hasta Tafí del Valle en Tucumán), la Quebrada de Humahuaca en Jujuy (Purmamarca y su cerro de los Siete Colores, Tilcara y su enero especial), la Puna Catamarqueña (bendecida con la magia de Antofagasta de la Sierra y el Departamento de Tinogasta), son sólo parte de la oferta. Por otro lado, Cuyo aparece con galardones: Mendoza y la impronta cordillerana, con San Rafael y el impresionante Cañón de Atuel. San Juan, con sus valles y quebradas, encuentra en Calingasta uno de sus grandes atractivos. Menos promocionada, pero tan o más espectacular que sus vecinas, La Rioja propone un universo de cerros rojizos y pueblos mansos. Apenas tres de los varios destinos impostergables: Parque Nacional Talampaya, Cuesta de Miranda y Anillaco.

Playas
Más asociada con la movida playera que con la vida en la naturaleza, la costa atlántica promete batir récord. Le alcanza con los clásicos: Mar del Plata, Villa Gesell y Pinamar. Pero también suma a partir de destinos menos populares, como San Clemente del Tuyú, Santa Teresita o San Bernardo.
Por otra parte, el Litoral se luce con los aires de carnaval y las playas recostadas sobre el río Uruguay. En ese sentido, lo mejor lo ofrece Entre Ríos. Colón y Gualeguaychú se llevan los laureles, al igual que el Parque Nacional El Palmar. Subiendo en el mapa, los esteros del Iberá, en Corrientes, y las Cataratas del Iguazú, en Misiones, aportan carácter y mucha belleza.

Sierras
Terminamos el recorrido en nuestras sierras de Córdoba, eternamente dispuestas a conquistarnos. Lagos, diques, ríos y arroyos se distribuyen observados por sendas montañas, a lo largo y ancho de los valles. El paisaje es conocido y sin embargo no deja de sorprendernos. Rasgos similares presentan las sierras de San Luis, donde viejos amigos de la talla de Merlo o Potrero de Funes se visten de gala para lo que se viene.
Eso, lo que se viene, es el verano. Ni más ni menos. Ya casi, ya casi...


Ruta alternativa
Rusia y Qatar, allá vamos

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El Peregrino Impertinente

Ni España ni Inglaterra ni Estados Unidos ni Japón. Durante la reunión realizada esta semana, la FIFA decidió que los mundiales de fútbol de 2018 y 2022 se desarrollarán en dos países que, a priori, no parecían con demasiadas chances de resultar elegidos: Rusia y Qatar. Guau. Miau. Meeee. Tero tero. La sorpresiva confirmación vino del mismísimo Joseph Blatter. Antes de abrir el primer sobre, el presidente de la poderosa entidad se encargó de meterle suspenso al asunto “ni yo sé quién resultó elegido”, aseguró. Eso expresaba con la boca. Con los ojos, decorados de letras eses en tono verdoso, decía: “La tengo más clara que el guaso de WikiLeaks”.
Pero más allá de lo anecdótico del asunto, el mundo celebró la decisión. No son pocos los que ya empezaron a hacer números para poder viajar a esas citas ecuménicas. “Suspendo las vacaciones en San Clemente del Tuyú, cambio al viejo de geriátrico y le vendo el perro que habla a los del Circo de Doña Florinda”, piensa el laburante común, calculadora en mano. Lo que pasa es que los lugares escogidos, lo ameritan. Destinos que bien podrían ser catalogados de exóticos. Eso, mezclado con fútbol, resulta tan apetitoso para el hombre como el venado para un león criado en jardín botánico.
Rusia va a ser una cosa de locos. Imagínense esas ciudades imperiales, rebosantes de identidad y edificios antiquísimos, albergando la fiesta máxima del fútbol. Todo lleno de mamushcas, puestos de ensalada rusa y blondas tenistas desbordando plazas y parques ¿Y Qatar? Más interesante todavía. Mientras uno no se meta con Alá o las 10.368 esposas del jeque, está todo bien.
Igual falta mucho todavía. Por suerte está Brasil 2014 en el medio, como para amenizar la espera.