El padre Sergio Peralta evitó ayer pronunciarse sobre el retiro del grupo de boy scouts de la quinta San Ignacio de Loyola, en la que desplegó su obra el recordado pastor Hugo Salvato.
EL DIARIO lo consultó durante la tarde de la víspera para conocer su palabra respecto a la información que trascendió desde la agrupación scout que desde hace cuatro años desarrolla su labor en el citado predio de barrio San Antonio, respecto a que Peralta no les cederá más el espacio para efectuar sus actividades, pero el sacerdote explicó que no hará declaraciones públicas. “Me gustaría que ellos mismos aclararan la situación”, fue lo único que dijo, aunque, ante la pregunta de este matutino, confirmó que deberán retirarse de la quinta.
En tanto, en contacto con este medio, Mauricio Quinteros, jefe del grupo scout, reveló que el detonante fueron las “diferencias” entre los objetivos que perseguían los scouts y el cura.
“Desde febrero hasta julio se fueron dando situaciones que motivaron que el cura no nos cediera más la quinta para nuestras actividades”, confirmó.

No es un grupo católico

Desde la agrupación trascendió que el padre quería que ellos realizaran un trabajo netamente religioso y hasta que se aportara económicamente para el sostenimiento del predio villanovense, pero los jóvenes consideraron que no está en su función hablarle a sus pares de Dios, ya que no es un grupo de la Iglesia Católica sino que en él confluyen personas de distintos credos, al ser una comunidad abierta a las creencias.
Medio centenar de niños, adolescentes y jóvenes, integran este conjunto que hasta la actualidad tiene como punto de encuentro la quinta en la que residió y dirigió su recordada obra el desaparecido Hugo Salvato y ahora reina la incertidumbre respecto a cuál será el espacio físico que servirá de núcleo para implementar sus acciones, habida cuenta del inminente retiro.