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De izquierda a derecha, los abogados defensores Pizzicardi Bordoy y Muñoz y Martín Silvano, y los acusados Centeno, Paz, Mendhi y Lesipan. En la foto pequeña otra toma de los autores materiales del cuantioso asalto a la Joyería Caruso |
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Los delincuentes que perpetraron un cuantioso robo en la Joyería y Relojería Caruso, el 4 de marzo de 2009, recibirán sendas condenas unificadas de ocho años y cuatro meses de prisión cuando el camarista René Gandarillas dicte sentencia, el próximo lunes.
La demora en la resolución del proceso oral tiene que ver con la acción civil entablada por los damnificados y un rechazo que efectuó en la víspera el abogado de los encubridores del hecho delictivo, quienes también fueron sentenciados a dos años de prisión en suspenso.
Como hubo un acuerdo previo entre las partes, tanto la Fiscalía de Cámara como la Querella y la Defensa de los principales implicados coincidieron en la sanción de ocho años de prisión por el robo perpetrado en el local comercial de San Martín 57, aunque la misma tuvo que unificarse con otra dictada en la ciudad bonaerense de Necochea, que estaba pendiente.
Penas pedidas
Al pronunciar su alegato, el fiscal Francisco Márquez solicitó una pena única de ocho años y cuatro meses para Walter Roberto Lesipan y Carlos Alberto Medhi, tras declararlos coautores responsables de los delitos de “robo calificado por uso de arma de fuego”, “privación ilegítima de la libertad” y “violación de domicilio”.
En tanto, el acusador público requirió una condena de dos años de cárcel de ejecución condicional (es decir, en suspenso) para Atilio Raúl Centeno y su esposa Graciela del Valle Paz, quienes comparecen en libertad, imputados por “encubrimiento calificado”.
Lesipan y Medhi son oriundos de Trelew (Chubut) y General Roca (Río Negro), respectivamente, mientras que la pareja Centeno-Paz está domiciliada en barrio San Nicolás de Villa María.
Según la requisitoria de elevación a juicio de la causa, los delincuentes foráneos fueron quienes ejecutaron el audaz robo (ver la nota “Un repaso del hecho”), mientras que el matrimonio villamariense, conocido de aquéllos, los hospedó momentáneamente en su domicilio de calle Agustín Tosco 260, donde los asaltantes se repartieron el botín y les dejaron a los dueños de casa algunas joyas de oro y plata a modo de agradecimiento por permitirles esconderse allí antes de darse a la fuga.
Sin embargo, la investigación policial, llevada adelante por el fiscal de Instrucción Félix Martínez, permitió que se recuperara casi todo lo robado y que se procediera a la detención de los cuatro implicados apenas un par de días después de ocurrido el hecho.
Los acusados
Walter Lesipan tiene 32 años de edad y Carlos Medhi cumplió 41 durante la jornada de ayer. Los dos se encuentran detenidos desde el 6 de marzo de 2009.
En tanto, Atilio Centeno nació el 21 de setiembre de 1967 (tiene 43 años), mientras que su esposa Graciela Paz nació el 8 de octubre de 1972 (38).
Además del juez Gandarillas y del fiscal Márquez, intervienen en este proceso los abogados defensores Federico Pizzicardi Bordoy (de Córdoba, representante legal de Lesipan) y Marcelo Martín Silvano (patrocina a Centeno y Paz), como así también la asesora letrada Silvina Muñoz (asiste a Mendhi) y la abogada de la Querella, Jacqueline Caruso, en representación de sus padres Alfredo Aníbal Caruso y Margarita Raquel Mercadal, su abuela Ercilia Antonia Mir y de la firma comercial “Aníbal Caruso e Hijos SRL”, todos ellos con la Secretaría a cargo de Gabriela Sanz.
Confesiones
A poco de comenzada la audiencia de debate, y tras la lectura de la pieza acusatoria, los cuatro imputados -cada uno a su turno- admitieron su responsabilidad penal en los hechos que se le atribuyen, por lo que el fiscal solicitó que el juicio fuera de trámite abreviado, es decir sin la recepción de pruebas testimoniales en la sala que la Cámara del Crimen posee en el quinto piso de Tribunales.
Tras la confesión de los autores materiales del asalto y de quienes encubrieron el hecho, formularon sus conclusiones cada uno de los actores procesales, quienes coincidieron en cuanto a los pedidos de condena por la acción penal, pero hubo una discrepancia en relación a la acción civil entablada por la Querella contra los coimputados Centeno y Paz.
Resarcimiento
Jacqueline Caruso, como actora civil, reclamó al matrimonio un resarcimiento económico de 16.192 pesos, con más intereses y costas por daños y perjuicios, pero el abogado defensor de los confesos encubridores, Martín Silvano, rechazó el planteo en su totalidad.
La propia letrada precisó que ya había habido un acuerdo civil entre los autores del asalto, Lesipan y Mendhi, con la familia damnificada, pero restaba uno de similares características con Centeno y Paz.
Esta particular circunstancia impidió que el juez Gandarillas dictara sentencia ayer mismo y dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo lunes 13, a las 8.30, para arribar a un veredicto, a través del cual también resolverá la cuestión civil planteada.
Un repaso del hecho
El audaz atraco a la joyería Caruso fue perpetrado el miércoles 4 de marzo de 2009 al mediodía. La familia fue tomada de rehén en su domicilio del bulevar Vélez Sarsfield, donde Alfredo Caruso recibió una dura golpiza. Le exigieron las llaves de la caja fuerte y la clave de acceso y, con esos datos, uno de los delincuentes fue hasta la joyería ubicada en pleno centro de la ciudad, mientras otro se quedaba en la vivienda familiar con los rehenes.
Como no logró abrir la caja, regresó a la casa y obligó a Caruso a llevarlo, en su propio auto, un Renault Mégane, nuevamente hacia el local comercial.
Una vez dentro del negocio, el delincuente amenazó al comerciante, diciéndole: “Abrí la caja o te quemo”, a lo que Caruso habría contestado... “si me matás, tampoco vas a poder abrir la caja”.
En esas circunstancias, el propietario de la joyería sufrió dos tremendos golpes. Uno físico, en las costillas, y otro anímico, cuando el asaltante le advirtió: “Tu hija sale a buscar el auto a las (...). La vamos a matar a ella también”. Ese impacto quebró a Caruso, quien terminó abriendo la caja de seguridad.
Tras apoderarse de varios paños con costosas alhajas, dinero en efectivo, valores y otros elementos, el asaltante huyó del lugar, dejando al comerciante maniatado.
Los delincuentes escaparon en el Mégane de Caruso y lo abandonaron en Villa Nueva. Adentro del rodado, la Policía halló un arma de fuego y un handy.
Los peritos policiales tomaron huellas en el rodado y en los elementos secuestrados y comenzaron la investigación que dio su primer fruto importante apenas un par de días después, cuando se logró la detención de dos sujetos y se recuperó prácticamente todo lo robado.
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