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James Taylor había hecho furor en aquella década dorada |
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Comienza la década con un artista del country-rock en franco ascenso. James Taylor presenta el álbum "Sweet baby James" (en español "Dulce bebé James") que incluye la canción "Fire and rain" (en español "Fuego y lluvia"). Este tema, en principio parecía reflejar una romántica y dulce composición dedicada al amor, pero sin embargo, la verdadera génesis de la misma contenía un significado muy diferente. Taylor escribía sobre el suicidio de un ex compañero suyo internado tiempo atrás en un centro psiquiátrico. Es que, el autor de tantas canciones afables, pasó por un período muy oscuro en su vida particular, y debió ser internado por un prolongado espacio de tiempo hasta su recuperación. "Fuego y lluvia" llegó a encaramarse en el puesto Nº 3 en las listas de los Estados Unidos. Esta etapa de reclusión obligatoria, le sirvió al artista para demostrar la capacidad innata que posteriormente le llevaría a obtener obras musicales agridulces que referían al amor, la amistad, las pérdidas y la vida en si misma. Su segundo LP, mantuvo idéntica introspección, una tendencia ya presente en su obra debut, grabada un año antes para el sello Apple (el de Los Beatles) con varias canciones de amor, en especial "Blossom". Con la guerra de Vietnam extinguiéndose de a poco y con los ideales de la era pos hippie, aún latente a principios de los ‘70, el disco de "Jimmy" se aprovechó para abrirse camino ante tantos desafíos del mercado discográfico. La popularidad de James Taylor comenzaba a expandirse también en Inglaterra y su disco sencillo "Carolina in my mind (en español "Carolina en mi mente") fomentó aún más el posicionamiento de un compositor y cantante cada vez más reconocido.
El Maifito, Establo e Imperio
Mientras la historia musical desarrollaba su estrategia por el mundo, aquí, en la Villa, las costumbres de sus vecinos se paseaban principalmente por el microcentro de la ciudad. Entonces, acudiendo a la memoria, comienzan a fluir los lugares que elegíamos para sentarnos a disfrutar de una buena mesa con amigos. El Maifito del Sr.Valls (el papá de "Tito", reconocido operador de radio Centro) o Establo, uno de los boliches céntricos que marcaron un perfil muy singular. La pizzería Imperio (a mi entender, dueños de una fórmula irrepetible para la elaboración de un producto exquisito). Antón, en una esquina estratégica de la ciudad y la eterna presencia de don Sánchez, "la cara visible" de la emblemática pizzería enfrente del banco de Córdoba. Con la memoria como aliada primordial, seguiremos extrayendo vivencias de la dorada caja que cobija los preciados recuerdos de los villamarienses.
Hasta la próxima...
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO
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