La agrupación Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) celebró sus “15 años de lucha” con una peña de la que participarán el Dúo Coplanacu, Peteco Carabajal y Raly Barrionuevo este jueves 2 de diciembre, manteniendo intacta la lucha por la memoria y por una justicia que demora, pero que llega.
Son hijos de desaparecidos, presos políticos, fusilados y exiliados, y jóvenes que, aún sin haber sufrido la represión de manera directa, adhieren a la reivindicación de una generación que luchó por construir un país más justo, y que fue brutalmente reprimida durante la dictadura militar, tal como sostienen en su página web. Los mismos que comenzaran sus actividades en Córdoba en abril de 1995 y que se dieron el lujo de contar con los artistas antes mencionados en su fiesta de 15.
Fue por eso que en la Vieja Usina la fiesta fue folclore. El folclore llevado a cabo por tres grandes y viejos conocidos en la Capital. Peteco Carabajal fue el que abrió la noche luego de un dúo femenino local. Canciones como “Las manos de mi madre”, “Puente carretero”, “El color de la chacarera”, “Soy santiagueño, soy chacarera” y “A mis viejos”, entre otros, sonaron al ritmo de las palmas, zapateos y el coro de los cientos que se llegaron a la Usina.
Las comidas típicas luego fueron acompañadas por el Dúo Coplanacu. Comenzaron con “Agitando pañuelos” y siguieron con “Peregrinos”, “La alabanza”, “La parecida”, “La flor azul”, entre otras canciones del repertorio popular.
Para el final de la noche, pasada la cero hora, quien subió al escenario fue Raly Barrionuevo. Allí, uno de los cantantes folclóricos más pronunciado al activismo y la militancia, cantó “Zamba y acuarela”, “Ayer te vi”, “Ey paisano”, “El activista”, “Cuarto menguante” y el muy aplaudido “Hasta siempre”, canción histórica al Che Guevara.
Ya para el final de la noche, todo era fiesta. Todo era zapateo. Hasta los que no sabían bailar y fueron a disfrutar, sin olvidarse de los objetivos, citando a su página, de HIJOS: reconstrucción histórica de los procesos políticos de las últimas décadas y la denuncia de las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas ayer y hoy. Ambos tienen como fin el comprender nuestro presente para aportar a la construcción de una sociedad auténticamente democrática y justa.
Las canciones y las remeras que pedían castigo y cadena común a los genocidas, así lo demostraban. Como los 15 años de actividad. Como este jueves, que demostró una vez más que no pudieron sacarles la alegría. Porque, a pesar de que “¡corten las flores no detendrán la primavera!”
Juan José Coronell
Especial para EL DIARIO
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