A pesar de ser feriado nacional, ayer se continuó con los alegatos de los abogados defensores. En el Juicio Histórico se juzgan los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar bajo el Gobierno de facto de Jorge Rafael Videla, quien se encuentra incriminado junto con otros 31 acusados. Uno de ellos, Luciano Benjamín Menéndez, no asiste desde hace varias jornadas aduciendo graves problemas de salud.
En el Tribunal Oral Federal Nº 1, con los pasillos despoblados por la pasividad de un día no laborable, Ernesto Gaudín, abogado defensor, dio inicio a la jornada Nº 59. Parte de su estrategia fue instalar el “principio de la duda” aduciendo la falta de pruebas incriminatorias para con sus asistidos, Carlos Yanicelli y Fernando Rocha.
“En caso de duda tiene que estarse a lo que más favorezca al imputado”, aseguró Gaudín.
De esta manera, la conclusión a la que arribó el letrado, fue pedir la absolución de sus asistidos. Sin embargo, una vez que se retiró de la sala, dejó entrever que sus defendidos tienen muy pocas chances de conseguir la libertad.
Recordemos que Yanicelli está acusado por los homicidios de seis personas y por atormentar a otras 10, mientas que Rocha está siendo juzgado por participar de las torturas dentro de la “causa Menéndez”.
Acto seguido, y posterior a un cuarto intermedio, tomó el turno el abogado Orlando Leguiza, quien se encarga de llevar adelante las defensas de Rodolfo Salgado, Ricardo Rocha y Calixto Flores.
En primer lugar, el letrado se adhirió al pedido de recusación del juez José Pérez Villalobo. Luego, aprovechó la solicitud de absolución planteada tanto por la Fiscalía como por la Querella con respecto a Rocha. Por último, bajo la premisa de que “hay orfandad probatoria en la causa”, solicitó la libertad para Salgado y Flores. En el caso del segundo, en 2009 enfrentó el juicio por la “causa Albareda”, por el cual resultó absuelto.
Osvaldo Viola, el más esperado
Uno de los abogados más polémicos es Osvaldo Viola, defensor de Gustavo Adolfo Alsina, a quien varios testigos caracterizaron como “histérico y por demás violento”.
“Los acusados están aquí, no por haber ganado una guerra, sino por haberla perdido”, inició Viola, y luego agregó: “No vengo a defender la teoría de los dos demonios, porque no creo en los demonios, creo en un demonio que con la izquierda disuelve y con la derecha consolida”.
El abogado, elevando la voz, dijo ser peronista y le dedicó las palabras a la esposa de Alsina, Gabriela Parodi, quien oficia de secretaria y colabora con el letrado.
Para contextualizar históricamente los hechos, Viola leyó bibliografía de diferentes autores que narraban el accionar de la guerrilla en la década del ‘70. “En Nüremberg se sentó a los nazis, pero no a los que tiraron las bombas atómicas. A los que ganaron la guerra no los juzgaron por delitos de lesa humanidad”, opinó el abogado en defensa de los represores.
Al final, Viola concluyó que el Juicio Histórico dependió de una “decisión política”.
“La causa de mi defendido se inició en el año 1983 y nunca la pretensión punitiva de la Fiscalía o de la Querella desapareció. Entonces se plantea una cuestión central que es la garantía de la duración del proceso, en este caso irrazonable”, declaró encolerizado el abogado, y agregó: “Los hechos que se le imputan a mi defendido son cosa ya juzgada en democracia. Por lo tanto, planteo la nulidad y la absolución de Alsina”.
Gustavo Alsina está acusado, entre otras cosas, de estaquear y torturar hasta la muerte a René Moukarzel, preso político de la Unidad Penitenciaria.
Texto y foto: Facundo Martínez, especial para EL
DIARIO del centro del país
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