¿Por qué eligió a Camilo Rodríguez para su libro? Fue la primera pregunta que escribimos frente a la pantalla de la computadora. Tenía un destinatario directo: el escritor Jorge Tasín. El hombre que supo fabricar pequeños sueños en las calles “ocultas” de la Villa.
La respuesta no se hizo esperar y llegó a través de la red.
“Son muchas las razones pero enumero acaso las principales. Viví en Villa María tres años, y entre las tantas cosas llamativas que noté en la ciudad, es que hay como una desconsideración constante del otro.
Por ejemplo, yo conocía a alguien y lo comentaba a otros, pero rara vez me respondían bien de esta persona. Me inquietaba mucho todo lo que la comunidad pierde desde esa actitud.
La ciudad tiene mucho talento, tanto cultural como deportiva o social o académicamente, pero eso queda soslayado, negado, desconsiderado. Acá hay grandes poetas, músicos, deportistas, políticos, no sé, mucha gente muy valiosa dentro de una historia muy rica, pero son pocos los que parecen advertirlo y reconocerlo. Por ejemplo, no hay un museo de la ciudad, al menos que yo sepa y no hay un debido y necesario respeto por la historia misma de Villa María, sus mujeres y hombres.
La identidad social es como la identidad personal, todo presente se desdibuja cuando no se arraiga de un modo cotidiano en la propia memoria, en los orígenes... Y el “Negro” Camilo es, como sujeto social, alguien valiosísimo. Es parte de la historia vertebral de la ciudad, alguien que trasvasó sus propios orígenes hasta jugar un rol significativo en la historia del sindicalismo y todo ello sostenido en una decencia inquebrantable.
Es un honor escribir una biografía sobre Camilo, un privilegio.”

Para reflexionar

Tasín, seguidamente, mostró admiración por ciertos aspectos de la personalidad del sindicalista villamariense que llegó a estar en lo más alto a nivel nacional durante la presidencia de Raúl Alfonsín.
“De Camilo admiro su hombría de bien, su sencillez, su humildad, el candor de sus compromisos, valores que él tuvo la grandeza de sostener y conservar en los más altos escenarios sindicales y políticos.
Ojalá que con este libro, haya quienes reflexionen ya no sólo sobre Camilo sino sobre que aún y pese a todo vale la pena ser decente y desarrollar la actividad que sea, desde la humildad, la consideración real y específica del otro, la bondad, la decencia.
¿Cómo fue estructurado el libro?, fue la siguiente pregunta tecleada en la compu.
“Es un texto hecho entre varios. Fue hermoso hacerlo, mucho trabajo, muy difícil pero muy lindo, muy gratificante. Armamos un equipo de trabajo e investigación con chicos de la Facultad de Comunicación de la UBA. Ellos fueron determinantes: vinieron a la ciudad y reportearon a un montón de gente, desgrabaron todo el material, sugirieron cosas, incluso en el estilo y en la investigación histórica contextual.
Nos reunimos muchas veces en un bar cerca de la facultad para idear, programar, discutir, articular el proyecto. Finalmente lo que yo hice fue agrupar y acomodar el trabajo de ellos. Fue todo un año de laburo bastante intenso y estamos satisfechos con el resultado.”

Subrayando la honestidad

¿Cuál es el mensaje que deja esta obra testimonial?
“Lo primero que se me ocurre decir al respecto, es lo imprescindible de la decencia. La decencia, la honestidad como un espacio de conquista. Eso nos falta. Se impone hacia el futuro inmediato una sociedad que subraye la honestidad en todos sus matices. Tanto en lo que hace al modo de gobernar, como al funcionamiento de las instituciones que conforman el cuerpo social.
No hay para el país otro rumbo inmediato que no sea el de la eficiencia entramada en la decencia. Sé que lo que digo puede parecer simplista, que precisa otro desarrollo, una argumentación pero si no es así, si no sabemos o no podemos o queremos construir social y políticamente una sociedad eficiente y afirmada en la decencia, que derive tanto en una sociedad más justa y si no es así, se profundizarán de manera dramática la miseria, la desigualdad, la violencia.
El mensaje es que no sólo es posible ser decente, es imprescindible, impostergable.
Cuando Camilo, asombrado, me preguntó por qué quería yo escribir un libro sobre su vida, mi respuesta fue: por tu decencia, Negro, por tu decencia”.
¿Cuál es tu opinión sobre el sindicalismo argentino de los últimos 40 años?
“Estoy muy lejos de ser un especialista en la materia. Pero me parece que el sindicalismo es como una metáfora de la sociedad entera. La de los gremios es una historia permeada tanto de heroísmo como de traición, con lenguajes de una coherencia conmovedora y a la vez de un vaciado intolerable. Lo mejor y lo peor de lo que somos como sociedad se refleja con nitidez en la propia historia del sindicalismo. Hay sindicalistas que admiro y hay otros que sencillamente me dan asco.”

El capítulo siguiente

Entrevistar a un escritor y no preguntarle sobre sus futuros proyectos literarios hubiera sido una falta imperdonable.
“Ah, qué linda pregunta. A los que escribimos nos encanta que nos pregunten eso. Tengo varios proyectos literarios. En los próximos años publicaré una novela y cuentos, un libro de cuentos que llevo corrigiendo ya demasiado tiempo y una novela que creo es lo mejor que he escrito. Pero el texto más cercano será un libro de cartas con una escritora española; ella es guionista, se llama Verónica Fernández, muy talentosa y una persona sensible, solidaria, buena gente, que ha publicado mucho y trabaja en guiones de cine y televisión.
La idea es cartearnos durante un tiempo analizando y discutiendo un poco el vínculo histórico entre España y Argentina, todo eso que nos separa y nos une, escribirnos de todo eso y publicarlo. Verónica vive en Madrid.
Hay tanto material, tanto para repensar, los abuelos que han venido, los hijos que se van, las privatizaciones, la crisis española actual, nuestra eterna decadencia y nuestros resurgimientos, hay mucho para decirnos. De eso tratará el libro en un formato de cartas. Me gusta. Será lindo escribirlo. Muy lindo.”
Nancy Musa