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Deben primar la libertad, el orgullo y el bienestar |
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Amamantar es sin dudarlo un hecho de amor; la descripción que nos dan las bibliografías relacionadas con la lactancia materna siempre ponen como bandera la importancia del vínculo de fortaleza y unión que se genera con esta maravillosa forma de alimentar a los recién nacidos, dando a las madres una sensación de bienestar que hace que sólo quiera estar con su bebé y disfrutarlo a cada momento, disipando las posibilidades de que la mamá, en estado de puérpera, sufra de depresión posparto.
Dar el pecho a tu hijo tiene que ser una decisión que tomes sin presiones y que te llene de orgullo y bienestar.
Como siempre te digo, para decidir tienes que saber y para saber tienes que nutrirte de diferentes fuentes del saber. La fuente del saber que toda mujer embarazada tiene a mano es la experiencia de otras mujeres que ya son madres, las cuales se sienten ansiosas de contar a la embarazada cuál fue su vivencia, recomendando siempre pasos a seguir (debes escuchar a todas las mamás pero toma con pinzas las informaciones que te desalienten a intentar amamantar a tu bebé). Otra gran fuente de saber viene de la mano del médico obstetra que está atendiendo tu embarazo, guía fundamental en la preparación de los pezones para el futuro amamantamiento. Luego siguen las preparadoras de parto, ellas en su función de acompañantes del proceso del embarazo, te llenarán de información y tratarán de disipar la mayor cantidad de dudas.
¡Hasta ahora lo mismo de siempre! pero debo decirte, querida amiga, que la lactancia materna es para mí un deseo de la madre y si vemos a la lactancia desde este punto de vista creo que “amamantarás a tu hijo si sientes el placer de dar el pecho”.
Muchas mamás cuando amamantan a sus bebés sienten molestias y esa situación hace que quieran bajar los brazos, desisten rápidamente del placer de amamantar y se pierden de una de las etapas más lindas de la maternidad.
La lactancia no es tarea fácil, nadie te quiere engañar, ¿pero quién puede decir que ser padres es una tarea fácil? Los papás están en un constante aprendizaje junto a sus hijos, la lactancia no es la excepción.
Para lograr una buena lactancia hay que prepararse, comenzarás con los pezones; herramienta que tiene que estar bien a tono con la situación.
Para preparar tus pezones tienes que saber las recomendaciones de quienes más saben de la materia, la “Liga Internacional de la Lactancia”, ellos recomiendan darle "ALAS" a tus pezones. Estas recomendaciones son para la preparación durante el embarazo y mientras amamantas. A de agua, L de leche (durante el embarazo calostro), A de aire y S de sol.
La Liga Internacional de la Lactancia quiere que tus pezones se comiencen a curtir, que la piel de los mismos se engrose y que en el momento de entrar en contacto con la boca del bebé se encuentren fuertes.
Generalmente los pezones de las argentinas tienen la piel muy débil, ya que no es muy común en nuestro país que las mujeres expongan sus pezones al sol. Esta es una posibilidad de la que tienes que tomar partido durante la gestación, cuando tu bebé nazca y lo amamantes cada vez que dejes tus pechos sin sujetar la leche comenzará a salir y deberás sujetarlos de nuevo (situación que se da cuando el niño es amamantado a libre demanda o en los primeros tiempos de la lactancia)
Hoy estás embarazada y si tienes la posibilidad de tomar sol sin el corpiño estarás ganando muchos puntos para la lactancia materna.
Cuando la Liga de la Lactancia habla de dar aire a tus pezones se refiere a estar algunas horas del día sin el corpiño (por ejemplo: para dormir por las noches), el roce de las telas sobre el pezón también sirve para engrosar la piel del mismo. Esta técnica para engrosar la piel de tus pezones podrás usarla mientras estás embarazada. Durante la lactancia se habla de “la menor humedad posible para los pezones”, a diferencia de aire para los mismos, para lograrlo deberás cambiar el protector de tus pechos apenas detectes que están mojados y ya que se nos acercan los días de calor no está de más que te recomiende llevar a la pileta, al río o a la playa dos corpiños para intercambiarlos cuando se mojen al ingresar al agua y de esta forma evitar el exceso de humedad que puede provocar que tus pezones se agrieten.
No todas las embarazadas tienen calostro o por lo menos se dan cuenta de que lo tienen; ésta no es una situación para preocuparse. Puedes investigar si tienes calostro, para ello debes mirar con atención tus pezones y verificar que exista en el final de los conductos algo parecido a una costra blanca (ese es el calostro que se secó al salir de tus pechos) si puedes identificar ese calostro podrás sacar, luego de cada baño, una gota del mismo y usarla para humectar la piel del pezón (el calostro tiene un color amarillento). Si tocar tus pezones te provoca molestia o contracciones no uses esta técnica ya que no es buena para vos. Una vez nacido el bebé la Liga de la Lactancia nos sugiere poner leche al pezón, con esta técnica está apostando a la capacidad cicatrizante del calostro, si tus pezones durante los primeros días de amamantamiento se lastiman este poquito de leche sobre los mismos te ayudará a curarlos, puedes utilizar la crema de caléndula recomendada para la lactancia, ésta deberá ser extraída del pezón con un algodón embebido en agua (no uses jabones) cada vez que amamantes a tu hijo.
Cuando la Liga de la Lactancia recomienda el uso del agua para la higiene de tus pechos, te enseña que los jabones y lociones no son buenos para esta piel tan delicada que se secará y se lastimará si recibe la agresión de estos productos utilizados para la higiene personal. Los pezones segregan durante el embarazo y lactancia una sustancia que los humecta y los lubrica, dejando que el olor de tus pezones ayude al bebé a conocerte. Cada vez que lavas tus pechos con jabón extraes esa sustancia y terminas desperdiciando una gran ayuda que te brinda la Naturaleza.
Bien, ya tienes las primeras pautas que te llevarán al éxito de la lactancia, no debes perder tiempo, recuerda que el embarazo es una cuenta regresiva y que aunque te parezca un camino muy largo se recorre en un tiempo muy corto.
Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación
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