El Banco de la Nación Argentina abrió sus puertas a la sociedad villamariense a las 10 horas del día 17 de diciembre de 1896 o sea que han pasado nada más ni nada menos que 114 años. Y el primer lugar que albergó a la institución en la Villa se hallaba en lo que hoy es avenida Sabattini 161. Así se leía en una desaparecida placa que identificaba a la vivienda: “En este solar abrió por primera vez sus puertas en Villa María el Banco de la Nación Argentina. Hace hoy 70 años. Homenaje de las fuerzas vivas. 1896 -17 de diciembre-1966”.
La placa, que puede verse en una fotografía que publicamos en la página 10 de esta misma edición, desapareció. El reclamo para que sea colocada nuevamente o para que sea remplazada por una nueva, fue realizado el mes pasado por el vecino Julio Alberto Benítez en las páginas del semanario El Regional.
Para sumar su voz al pedido, el historiador Héctor Zanettini remontó la historia de la entidad de crédito para aportar datos que reflejan claramente que la misma está íntimamente ligada a la historia de la ciudad.
En el trabajo que entregó ayer a EL DIARIO, Zanettini incluyó fotografías, algunas de ellas inéditas, como la que muestra que el segundo emplazamiento del Banco Nación fue en la esquina que hoy ocupa la mismísima Municipalidad (actualmente Mendoza y Sobral). es decir, antes que la sede del Ejecutivo y que el Palace Hotel, en un edificio más modesto, allí estaba el banco de los argentinos. La fotografía que lo demuestra también está en la página 10 de esta edición.
El historiador halló el primer contrato por el cual el Banco le alquilaba el 15 de diciembre de 1896 a los propietarios José Rodríguez Días y Martín Urquijo el local de Paraguay 161 (hoy Sabattini 161). También encontró la autorización de 1904 para celebrar contrato con Alejandro Voglino por la suma de 135 pesos Moneda Nacional mensuales, para arrendar el edificio ubicado en Mendoza esquina Bolivia (hoy Mendoza y Sobral), adonde se trasladaría en 1905.
Más adelante en el tiempo, ya en 1908, el Banco de la Nación adquiere a Antonio Cardarelli el solar de Santa Fe y Perú (hoy Santa Fe y General Paz), donde en 1910 el arquitecto Salvador Mirate comienza a levantar la lujosa estructura, que sería inaugurada al público el 21 de octubre del año siguiente.
Pasaron los años y hubo refacciones en la construcción que se realizaron en 1948 y ya en 1970 la sede es desocupada y trasladada momentáneamente a la avenida Hipólito Yrigoyen (al lugar de Colombano Hermanos) hasta el 19 de diciembre de 1971, para su reinauguración en Santa Fe y General Paz, ya con la estructura que observamos actualmente.
Nombres que están en la historia del Banco y de la ciudad
Es decir, cuatro direcciones, algunas mudanzas y, en medio, datos y anécdotas con las cuales Zanettini abona su pedido de reparación histórica: el primer cuerpo de consejeros del Banco, según consta en el acta número 1, estaba compuesto por Miguel Casas, José Piattini, Antonio Villasuso, Jacobo Repetto, Alberto Urdí, Enrique Emerson y Bernardo Fernández.
Seis meses después de la fundación, ya consiguieron que la sucursal fuera ascendida a la cuarta categoría. Y cinco días después de ese logro, el 10 de abril de 1897, se fijaron los sueldos del primer gerente, Diógenes Santillán (en la suma de 400 pesos mensuales), del primer contador, José Genaro Martín (en 250 pesos mensuales) y del primer tesorero Herman Both, en 250 pesos mensuales.
En tanto, el 18 de mayo del mismo año, la casa central de la entidad no autoriza a la sucursal a nombrar un sereno pero, a cambio, remite un revólver con su cargador servido.
Figuran entre los hallazgos del historiador la compra de un diccionario y alfombras para el despacho del gerente a tres pesos el metro...
En fin, un sinnúmero de hechos pequeños y no tan pequeños, como los de trascendencia inmobiliaria, que fueron jalonando, amojonando una fecunda historia bancaria y villamariense.
“Una sucursal plagada de arte”,
dice Zanettini
Tan de la ciudad es esa historia, como que la entidad fue la fuente de trabajo para cientos de familias. Y sus componentes se mezclaban con sus vecinos y eran reconocidos por ellos, más allá de su labor en el Nación. Así, por ejemplo, entre los empleados nuestro historiador Zanettini recuerda a Coronel Calamandrei, un profesor de piano y destacado solista con el instrumento; Conrado Eliseo Oroná, más conocido como “Conrado Sánchez Rodríguez”, prestigioso director de su propia orquesta de música popular; Juan Enrique Aiello, más conocido como “Jorge del Valle”, quien encabezaba un conjunto orquestal de merecida fama; Aldo Cánova, bandoneonista de categoría e inspirado compositor que integró también el plantel de la orquesta de Conrado; José Mario Ruiz, destacado violinista, cantante y baterista que supo integrar conjuntos locales de alta categoría; Juan Carlos Re, cantante melódico de postivos méritos que en reuniones de sus compañeros de trabajo interpretaba canciones románticas, y Ernesto Ramón Carbajo, dibujante, pintor, escultor por vocación, fundador de la empresa Planograf...
Nótese cómo el historiador elogia a cada trabajador en su faz artística, al tiempo que va remontando la historia.
El trabajo de Zanettini tiene muchos hallazgos, como la fotografía que encabeza esta página. En ella se ve la esquina que hoy conocemos como Mendoza y Sobral. Por entonces era Mendoza y Bolivia. Sobre la llegada del banco a ese lugar, la revista local “La idea”, atesorada y encuadernada por el historiador, decía en su edición del 11 de junio de 1905: “Según nos han informado a última hora, hoy serán trasladadas las oficinas de la sucursal del Banco Nación en ésta, al nuevo y suntuoso edificio construido expresamente y situado en la esquina sudeste de la plaza Independencia, al lado de las oficinas del Correo. Desde mañana lunes, quedará abierto al público. Nos complacemos de tan preciada noticia...”.
En fin, cosas de la época, de todas las épocas; en la ciudad de Manuel Anselmo Ocampo.
Vayan entonces, pues, estas páginas de la historia de la sucursal Villa María del Banco Nación, escritas por don Héctor Zanettini, como respaldo al pedido para que vuelva la placa a Sabattini 161, para que la ciudad y sus vecinos dejemos de estar en deuda con nosotros mismos.
Epígrafes:
1) En el emplazamiento actual de la institución se hallaba el edificio que muestra la fotografía, que también fue su sede hasta la demolición en 1970
2) La demolición iniciada en Santa Fe y General Paz en 1970, para que se levantara el edificio actual
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