Federico Soria, el médico veterinario del Albergue Canino Municipal, advirtió que “en esta época nuestras mascotas están más expuestas a sufrir algunos de los incidentes clásicos de las fiestas”, como ingerir algún cuerpo extraño, intoxicación alimentaria y accidentes por temor a los ruidos fuertes (pirotecnia).
“Tomar pequeñas medidas preventivas puede evitar que su festejo se vea opacado por perdida o sufrimiento de su mascota”, señaló el profesional. Estas son las claves:
• Ingestión por cuerpo extraño: robado por el animal en un descuido del propietario u ofrecido voluntariamente (hueso de pollo, cordero o juguetes).
• Intoxicación alimentaria: (salsa, grasa, condimentos, dulces) puede evitarse asegurando los depósitos de residuos con tapa, alejado del piso, manteniendo los alimentos lejos del alcance de nuestras mascotas y obviamente pidiendo la colaboración de grandes y chicos. Explicándoles que aunque esta conducta parezca graciosa puede causar malestar en nuestros fieles amigos, las mascotas.
• El temor por los ruidos fuertes (fuegos artificiales, disparos, explosiones): es una de las causas de conducta destructora (arañado, mordida, rascado de muebles y paredes) y autotraumatismo (al correr, lanzarse por ventanas, golpearse contra objetos).
El pánico que experimenta, lo lleva desesperadamente a buscar refugio dentro del hogar o lanzamiento al exterior, motivo por el cual se producen extravíos, accidentes, heridas, traumatismos.
Cómo prevenir:
Es aconsejable desde cachorro contar con la compañía del dueño en esos episodios con el fin de transmitirle confianza, sin sobreprotegerlo, evitando fomentar su ansiedad.
En casos de animales jóvenes, adulto o anciano temeroso, colocarlo en una habitación sin objetos que puedan romperse, con puertas y ventanas cerradas, con el objetivo de disminuir el impacto sonoro; puede ser muy útil encender artefactos que produzcan un ruido conocido (televisión, radio, ventilador).

Supervisadas por el médico

Las drogas con efectos psicoactivos que pueden tranquilizar y disminuir su excitación en esos casos deben ser supervisadas por el médico veterinario, de acuerdo a cada paciente en particular, ya que existen algunas no recomendadas en caninos gerontes o contraindicadas en patologías específicas, según subrayó Soria.