Uno puede imaginar una o distintas primeras escenas: recién bañaditos, con aire acondicionado o ventilador, en hawayanas, prestos en la sobremesa, a entrarle, a la garrapiñada, al pan dulce, la sidra o el champán, para esperar la pirotecnia y la pólvora china estallar en el cielo, tranquilos. Pero en otros lados, una segunda escena que tratamos de mostrar, la que indefectiblemente como en el caso de los servicios, públicos o privados, donde hay personas que tienen que cubrir sus puestos de trabajo, sea en la fecha que sea. Incluso en la Nochebuena, en Navidad.
Gisela y Roxi de la Shell Shopp están brindando con los playeros Juan José y Juan Carlos, en un momento de calma. Sus turnos, de las 22 a las 6 de la mañana de ayer y otros de 21 a 5, luego de las 2 recién comenzaría el movimiento. Son uno de los pocos bares abiertos en esta Navidad. Paralelamente sus dos compañeros playeros saben que su trabajo fuerte comienza cerca del final del turno. Con satisfacción y la esperanza que en Año Nuevo otros cubrirán esos horarios, a la medianoche levantaron las copas y brindaron juntos.
Brasas encendidas
Abarrotados los comedores, los mozos y parrilleros no dan abasto, desde la 19 han llegado al lugar para repasar la vajilla, acomodar las mesas, encender el fuego. En síntesis preparar la artillería para lo que se viene. Sergio y Rubén corren raudamente, de aquí para allá, para estar justo a tiempo con su clientela. La gota gorda la viven, Carlos y René, los asadores de "Lupo parrilla comedor", en una amplia parrilla con chivito incluido, trozan los pedazos para los comensales. Por experiencia ellos creen que terminarán a eso de las 2 de la madrugada. Acostumbrados, el Año Nuevo los espera nuevamente a la misma hora.
Un médico por acá
Entre bombas de estruendos y luces en el cielo, un pequeño árbol de Navidad se encuentra en un rincón de la Guardia del Hospital Pasteur. La doctora Gatica habla por teléfono celular con sus hijos y familia que le desean lo mejor. Unos panes dulce y garrapiñadas acompañan, con gaseosas, para levantar la copa del brindis. Sólo un niño con una quemadura y un intento de suicidio, pasaron antes de las 24. Están preparados para recibir, lo más frecuente para estas fechas, algún coma alcohólico y accidentados. Las médicas Aburrá, Remo, Genero, Nicola y Domínguez, más el policía Agüero y el enfermero Villarreal, esperarán las primeras horas de la mañana, para saber que han cumplido la tarea dignamente.
s En la General Paz
Luego de un pollo deshuesado y unas gaseosas, los hombres de azul de la Departamental San Martín limpian la mesa para brindar junto a este cronista a la par de un árbol de Navidad. Sánchez, Bertolino, Ceballos y Pucci hacen chocar las copas. Cinco patrulleros con dos hombres están cuidando la ciudad, indicaron; otros policías se encuentran afectados como adicionales en los distintos boliches y eventos de la ciudad.
Si suena la sirena
Cinco servidores bomberiles sentados en una mesa en el patio del cuartel han terminado un sabroso costillar de cerdo. Palillo entre dientes, descorchan la única botella de champán, un vasito para cada uno, dicen, Dani, Chicho, Checho, Fefé y Bombi. Hasta ese momento ningún llamado. Suponían que después de las 2 algún accidente o quemadura se le harán presente. El deseo es que mejor no.
Víctor Alves
Foto 1 - Los servidores bomberiles brindan en la medianoche y se mantienen alertas para socorrer a la ciudadanía. Abajo, integrantes de la fuerza policial alzan sus copas en la Departamental
Foto 2 - Integrantes de la fuerza policial alzan sus copas en la Departamental
Foto 3 - Los asadores y mozos de una parrilla de la ciudad, trabajando en la Nochebuena
Foto 4 - Los playeros y las chicas del Shopp se unen en los mejores deseos de esta Navidad
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