La directora del secundario que se puso en marcha en agosto de este año, en el marco de un programa de inclusión educativo que contiene a jóvenes de 14 a 17 años que quedaron fuera del sistema escolar, señaló ayer que “el balance” de lo sucedido en este cuatrimestre “es muy bueno”.
Graciela Olmos reveló que todos los alumnos aprobaron las asignaturas que se dictaron durante este período de tiempo.
El plan del Ministerio de Educación de la provincia se implementó en esta ciudad a través del IPEM 99 Rosario Vera Peñaloza, la institución de Nivel Medio situada en barrio Las Playas.
Abarcó a jóvenes que dejaron de estudiar y que, o bien son grandes para ser comprendidos por el sistema convencional (mayores que sus compañeros de división) o son chicos para acceder a los CENMA, los centros educativos para adultos -adonde concurren mayores de 17 años-.
Los alumnos cursarán cuatro años y luego egresarán con el título de Bachillerato orientado a Ciencias Sociales.
La modalidad es presencial y se cursó de 18 a 22 horas, durante tres días, además de disponerse jornadas de tutorías.
Las asignaturas son las mismas que las del Nivel Medio convencional y se brindó asistencia alimentaria.
“A las asignaturas cuatrimestrales las aprobaron con margen de notas de 6 y 7, mientras que queda un cuatrimestre, el primero de 2011, para culminar las materias anuales”, señaló Olmos a EL DIARIO.
La directiva dijo que hay una sola alumna en un cuarto año y que la mayoría de los chicos están en el segundo y tercer año.
“En algunos casos la asistencia fue muy buena y en otros hubo que visitarlos y pedirles que sigan concurriendo a clases”, apuntó.
“Ocurre que los chicos trabajan, están muy cansados y algunos se dormían en clase”, precisó en relación a esta última circunstancia.
La docente destacó que se contó con el servicio de cena y que la modalidad “es distinta al aula común, es mucho más pedagógica, atípica, se ven películas, se realizan muchos trabajos prácticos, se comenta mucho”.
“El mayor impedimento que tuvimos fue el de transferir los conocimientos”, admitió.
Entre el alumnado, en el que sobresale (por número) el sexo femenino, hay cuatro jóvenes que ya son madres y otras dos que están embarazadas. El año próximo se pondrá en marcha el servicio de guardería.
“Nuestro balance ha sido muy bueno, estamos muy contentos por la manera en que se llevó a cabo la metodología. Como nosotros llevamos años en la tarea de incluir a los jóvenes, tenemos suficiente experiencia”, subrayó. “Eso nos valió para una práctica mucho más concreta”, afirmó.
De los 28 inscriptos, terminaron el año 22; el resto desertó por trabajo. Los que dejaron, se anotaron para comenzar el año próximo, según indicó Olmos, por la tarea que se realizó visitando los domicilios.