Se va un año que por fin sacó a la calle a millones de compatriotas orgullosos de ser argentinos. Tuvieron que pasar 200 años y algunas cosas más. Fue el 25 de Mayo, que parece que ahora suena distinto. Menos cañonazos, más Fuerza Bruta.
Se va un año en el que por fin se puso punto final a la obediencia debida y a los indultos, con la condena a perpetua en cárcel común a los personeros del terror. Más que nunca, Nunca Más.
Se va un año en el que todas las personas que se aman se pueden casar y dejarse pensiones y abrazos a la hora de la muerte. Nada más que eso, tanto como eso. Y seguimos viviendo juntos, en Dios o fuera de Dios, pero “acá”, como decía el entrañable personaje de Leonor Manso en Made In Lanús. “Acá, Negro, acá es posible vivir”...
Se va el año que nos trajo una ley para que todos podamos hablar de todo; una ley que sigue amordazada, silenciada. Intriga. Signos de pregunta.
Se va un año en el que echaron nada menos que a “Pelusa” Maradona, nada más porque ganó cuatro partidos y perdió uno en un mundial. Y porque “no le ganó a nadie”. En cambio, “Lucha” Aymar sí que es buena.
Se va el año en el que murió y resucitó Néstor Kirchner al mismo tiempo, en las calles más pobladas de los últimos años. Murieron y resucitaron los 33 sepultados en la mina San José, en el desierto de Atacama. Murió y no resucitó Mariano Ferreyra.

¿Un año más o un año menos?, como preguntaba el poeta villanovense.
Se viene un año nuevo y eso ya de por sí es estupendo. 365 días a estrenar. Cientos de páginas en blanco. Un año impecable, para compartir, para ejercitar la solidaridad, para la militancia por todas las causas justas. Que todos los niños especiales sean incluidos en las escuelas, que Vilma se cure, que dejen de manosearnos con la basura, que paren de fumigar, que el país nos quiera más todavía, por citar algunos ejemplos.
¿Vos qué decís? Será tan bueno el año 2011 como dicen. Pongamos que sí. Para enojarse siempre hay tiempo.
Es decir, levantá la copa, mirá para adentro; bien ahí, donde anidan los que ya no están. Sonreiles a ellos, que viene a ser como acariciarse uno mismo, porque seguro que te mandan buenas ondas.

¿Vos qué decís? ¿Un año más o un año menos?

Pongamos que sí.
Digamos que sí.
Demos una oportunidad al otro, a la Argentina. Demos la mano con confianza. Demos gracias y luchemos por más.

Sergio Vaudagnotto