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Agüero, Ranalli y, el actual, Riggio... tres entrenadores que estuvieron en el banco de suplentes de Alumni en 2010. Los goles de Herrera ante Unión Villa Krause, la gran satisfacción de un año muy difícil |
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Poco se puede rescatar de lo que hizo el único representante de la ciudad y la región en el orden nacional. A lo largo del año, en partes de dos campeonatos, perdió más partidos de los que ganó y empató, algo que lo llevó a tener tres técnicos en 2010, cuando empezó con Rubén Agüero, siguió con Carlos Ranalli y terminó con Víctor Riggio, quien sigue para este 2011. Claro que ninguno pudo ocultar las falencias propias de un equipo sin la personalidad suficiente para pelear más arriba en la tabla. La mayoría de los refuerzos rindió menos de lo esperado y, en consecuencia, los dirigentes cerraron el año reconociendo que se equivocaron en el armado de los planteles. Esos errores se verificaron en el inicio de año, cuando Agüero intentó cubrir las bajas que sufrió (entre ellas, la del enganche Lucas Godoy) y le trajeron cuatro hombres nuevos de los cuales sólo uno jugó seguido: el delantero Luciano Vázquez, quien precisamente suena para volver al equipo. Los otros fueron el arquero Fernando Escobar (suplente de Carlos Ronco), el volante Rodrigo Marecos y el experimentado Roberto "Diablo" Monserrat, un grande de Córdoba que llevaba cuatro temporadas sin jugar y terminó por colgar los botines después de flojas actuaciones. El equipo anduvo a los tumbos, no ganó partidos importantes y Agüero, acompañado del preparador físico villamariense Gustavo D’ambrossio, debió alejarse por segunda vez de la dirección técnica (antes había dirigido en el Argentino B) luego de un empate sin goles ante Estudiantes de Río Cuarto, en Plaza Ocampo, y explicando: "Fue la peor campaña que tuve". El equipo estaba complicado con el descenso y entonces, casi sobre el final, arribó Carlos Ranalli, un joven entrenador que llegaba procedente de Racing de Córdoba. Serio y trabajador a full, el ex ayudante de campo de Carlos Ramacciotti mostró su perfil desde arranque y no le fue tan mal. Sacó al equipo del descenso directo y, aunque no pudo escapar de la Promoción, allí -con la presencia del volante Agustín González Tapia como refuerzo- el equipo doblegó sin problemas a Unión de Villa Krause, el club que recibe permanentemente ayuda del gobernador de San Juan, José Luis Gioja. El final de esa temporada tuvo entonces algo de respiro y festejos en Plaza Ocampo, donde terminaron "poniendo el pecho" muchos jugadores del club villamariense, como el arquero Carlos Ronco, los defensores Hugo Yocca, Nahuel Caler y Alexis Díaz, el volante Matías Bolatti y el delantero Carlos Herrera, autor de todos los goles en el triunfo sobre los sanjuaninos, entre otros. También se destacó el mediocampista César Ariel Quiroga, quien luego no pudo ser retenido en el club y emigró a Libertad de Sunchales. Lo concreto es que Ranalli se había ganado el derecho a permanecer en el cargo para el torneo venidero, algo que también le abrió la posibilidad de armar un plantel, solicitando refuerzos de su conocimiento. Por lo que, para el campeonato actual, arribaron en la pretemporada muchos jugadores con el aval de Ranalli, quien moldeó al nuevo equipo con experiencia y conocedores de la categoría. No obstante, el combinado local tuvo una primera ronda muy mala, en la cual tampoco le ayudo el fixture (afrontó cinco partidos de visitante), siguió sumando penas de local y todo derivó a la partida de Ranalli de la conducción técnica. Por lo que llegó al club el tercer técnico en el año, Víctor "Tano" Riggio, y el club villamariense en esos primeros partidos levantó, logró puntos importantes y hasta consiguió romper con la nefasta racha de no poder ganar de local. Además, en el plano individual, Román Strada realizó un gran segundo semestre, Gastón Molina se erigió como gran figura en el fondo, Ariel Mascambroni dio señales de gran proyecto y hubo pinceladas de Manicero. Pese a ello, en el plano general, Alumni no logró estabilizarse, padeció la carencia de jerarquía para sobrellevar los partidos, desaprovechó muchas oportunidades y, en la recta final, mostró un bajón que lo dejó en la última posición de la tabla general. Con el parate futbolístico llegaron las bajas (se fueron, hasta el momento, ocho jugadores, muchos de los cuales llegaron para este torneo) y sólo una cara nueva confirmada, en un plantel que necesitará de mucho más en este 2011 para olvidar ese 2010 que dejó muchos interrogantes y preocupación.
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