Transpirando a causa del calor y de la fiebre, Cacho Buenaventura recibió a EL DIARIO en el bar del Teatro Del Lago de Carlos Paz. “Estamos los dos engripados, muy congestionados”, pero sin perder el humor, advirtió: “El Negro (Alvarez) se contagió por su lado y yo por el mío. No seas mal pensada”.
Asegura que cuando ve a los taxistas que están en la Terminal aplaudir porque hay cola para sacar entrada para el espectáculo o la “buena onda” de otros artistas que les desean lo mejor, “lo de la gripe es lo de menos”.
Al hablar del estreno, aseguró que fue una noche “mágica”, no sólo por los aplausos y porque de muy temprano se agotaron las localidades. “Fue una noche de reconciliaciones. Un hermano mío que hacía tiempo no me estaba hablando me mandó un mensaje muy lindo. Estoy muy feliz”, dijo.
El show que brindan en el teatro de miércoles a domingos se llama “Los mostros” y la dupla de humoristas cordobeses está acompañada por Lorena Jiménez (hija de La Mona) y una colombiana bellísima, María Nela Sinisterra; además de ocho bailarines. Hace siete años que hicieron un espectáculo junto con Alvarez y hoy vuelven al ruedo “antes que se peleen”, como dice la presentación de la obra. Cacho aclara que se lleva muy bien con su consuegro. “Es muy fácil llevarse bien con el Negro, porque es muy buena persona”.
En el show, cada uno hace su parte y se van relacionando espontáneamente, y pese a que el humor de uno y otro es muy diferente, logran una combinación espontánea y fresca.
En esta temporada, la cartelera de teatros de Carlos Paz está abarrotada de nombres de vedettes y de personas conocidas tras la fama del programa que conduce Marcelo Tinelli, que le garantiza una exposición pública ante millones de televidentes. No es el caso de “Los mostros”.
“Mirá, yo creo que está bueno que haya tanta oferta en Carlos Paz porque trae más gente y sobre la cuestión de la exposición pública, muchos logran que los conozcan millones de personas pero sin que nadie sepa exactamente qué hacen. Aparecen durante tres minutos de peleas y dejando un lugar a la mujer que a mí no me gusta. Yo no sé, creo que “La Mole” Moli fue el más acertado dentro de ese programa. Pero volviendo a nosotros, que no tenemos esa exposición, creo que si esto fuera una carrera, no se trata de rapidez, sino de resistencia. Y nosotros hace 35 años que estamos en los escenarios. Creo que tenemos resistencia”, dijo.


Al Festival de Peñas

Buenaventura confirmó que va a participar de una de las noches del Festival de Peñas de Villa María, edición 2011, y comenzó a hablar de su relación con nuestra ciudad, donde, asegura, la gente “tiene muy buena vida”.
En primer lugar, un médico lo asiste tras una quebradura de menisco y rótula que sufrió en Formosa. “Me operaron y había quedado mal. Quedé rengo. Así que fui a todos lados, hasta de una vieja que me hacía caminar sobre cenizas. Hasta que por la radio escuché al doctor Núñez y dije: ‘Me voy’. Cuando salí de ahí me dijo que no me iba a doler más y es así. Cada tanto voy y aprovecho para comprarme unas hilachas en un negocio a la vuelta del hotel que me fía y también para comer con amigos, que siempre me invitan”, dijo.


Buena vida

Cuando Cacho habla de que en Villa María la gente decide tener “buena vida”, describe exactamente a que se refiere: “Es tener calidad de vida, poder meter las patas en el agua, masticar la comida y no tragarla, disfrutarla como un alimento, hacerle cada tanto una cucharita a ‘la cansadora’. En fin, todo eso que no cuesta nada”.
Otro elemento de la buena vida es para Cacho, hablar con niños y viejos. “No podemos ser tan estúpidos de perdernos esa sabiduría”, dijo.
Su actitud se fue gestando tras la pancreatitis que sufrió hace cuatro años. “Ahora soy insulino-dependiente y te digo la verdad, es como dicen los viejos: lo que no mata fortalece. Porque mucha gente que tiene que andar con la insulina le parece que fuera el fin y no es así. Te ayuda, es una gran amiga de los diabéticos y además, es una oportunidad para decidir tener calidad de vida”.

Texto: Patricia Gatti
Fotos: Roberto Babalfi