Escribe: Daniel Climaco *

La costanera, nuestra costanera, se extiende. Ahora avanzando por el barrio Barrancas del Río. Ayer llegando hasta el puente Andino. Cada vez más kilómetros acompañan el recorrido del río Ctalamochita inmersos en paseos que son un deleite para los ojos. Pensar que durante muchos años no supimos darnos cuenta de lo que teníamos y descuidamos un aspecto muy importante para el desarrollo de la ciudad. Hoy podemos decir orgullosos que recuperando el patrimonio natural y cultural avanzamos a ser un polo turístico regional consolidado y una puerta de ingreso a las innumerables alternativas que ofrece la provincia de Córdoba a todos los argentinos.
Pero el camino no se hace sin esfuerzos y sin dar pelea. Cuántas veces se criticó a la gestión municipal por invertir en mejorar la costanera, embellecer los paseos naturales, mejorar las playas, ofrecer mayores comodidades, diversificar las alternativas, instalar juegos para niños, apuntar a ampliar la infraestructura, entre otras críticas infundadas en tanto y en cuanto surgían amparadas en la arcaica idea de que “se olvidan de los barrios”.
Esos cuestionamientos carentes de fundamentos se desmoronaron con el peso de la realidad. Alcanza con ver que han pasado muchos años para que se vuelva a trabajar tan fuertemente en el mejoramiento de barrios como se hizo en la última década. Y esto no es menos importante, ya que el vecino ve mejorar su calidad de vida y es partícipe de un proceso de cambio integral hacia una sociedad más equitativa, donde todos tenemos las mismas oportunidades.
Entonces, ¿por qué un vecino va a dejar de disfrutar el espectáculo natural de la costanera como una manera de vacacionar en la ciudad si con capacidad de gestión se puede ofrecerle a los ciudadanos más y mejores servicios, y un espacio de recreación gratuito para poder compartir en familia?
Las mejoras en la zona de la costanera y los espectáculos gratuitos que se montan durante todo el año, y principalmente en el verano, nos demuestran que ése es el dinero mejor invertido. Para muestra podemos recordar la forma en la que toda la región vivió el espectáculo de fuegos artificiales del 30 de diciembre, espacio y lugar donde todos fuimos iguales bajo las luces que iluminaban el cielo.
¿Cuándo íbamos a reunir cien mil personas en la costanera si nos quedábamos en la idea conformista y especulativa de algunos sectores?
¿Cuándo aquellos vecinos que no tienen la posibilidad de vacacionar en las serranías o en el mar iban a vivir ese espectáculo si nos dejábamos llevar por los “refutadores de leyenda”?
Por suerte cada vez son menos las voces que se alzan en contra sin fundamentos. Por suerte cada vez son más los villamarienses y vecinos de la región que disfrutan de estos espacios, de estas actividades gratuitas, de esta ciudad que nada tiene que envidiar a otras localidades “turísticas” del país.
Tenemos una ciudad hermosa y en crecimiento constante, no nos dejemos llevar por los falsos profetas que ponen un manto de sospecha a todo para poder sostener su negación a lo bueno que nos está pasando. Seguramente, ellos también están disfrutando de este momento.


* Vecino del sector y subsecretario de Obras Públicas