Hacía poco más de un año (diciembre de 2009) que Dahyana Leyría (22 años) cumplía servicios como oficial ayudante en la Unidad Regional Departamental San Martín, con sede en Villa María.
Su primer destino, desde que egresó de la Escuela de Policía en Córdoba, fue precisamente nuestra ciudad y con el correr del tiempo fue escalando posiciones en la fuerza, con conducta intachable y conociendo cada vez más las calles de la ciudad mediante los patrullajes.
Ayer a la madrugada, sola en su habitación de la casa de la calle San Lorenzo 913 del barrio San Justo, donde residía, tomó la más drástica de las decisiones: se disparó un balazo con el arma reglamentaria de la Policía en el parietal derecho y murió inmediatamente.
Se calcula que eran aproximadamente las tres de la madrugada cuando decidió quitarse la vida. A las 6.30, cuando sus compañeros de la Departamental la llamaron por teléfono porque era la hora de tomar su turno, no tuvieron ninguna respuesta.
Fue entonces cuando decidieron trasladarse hasta la vivienda para saber qué ocurría y se encontraron con el cuerpo sin vida, en la habitación de la joven policía. El arma estaba a su lado. Estaba sola en la casa.
Dahyana trabajaba de lunes a sábados de 6.30 a 13 cumpliendo tareas administrativas, según fuentes policiales, pero otras informaciones destacaron que patrullaba las calles de la ciudad con los móviles de la CAP.
Era soltera y sus restos fueron trasladados ayer mismo a la ciudad de Córdoba, donde residía junto a su familia, para ser velados, y hoy serán sepultados en un cementerio parque de esa ciudad.
Era medianamente alta y delgada. Su pelo era castaño y su piel trigueña. Buena compañera y sin ningún apercibimiento ni sanción desde que vino a Villa María.

Una carta

Las causas de su decisión no pudieron saberse, aunque trascendió que al lado de su cuerpo sin vida había una carta que fue rescatada por los primeros efectivos que llegaron al lugar. En el ámbito judicial, seguramente, se conocerá lo que en ella había escrito.
La muerte de la joven policía conmocionó al barrio San Justo y esa sensación corrió también por toda la ciudad tras conocerse la noticia.
Los móviles de la Departamental San Martín comenzaron a arribar a la casa de la calle San Lorenzo a medida que sus efectivos iban conociendo la infausta noticia, para custodiar el cuerpo de la joven compañera hasta que los funcionarios judiciales decidieran retirarlo de la vivienda.
En el lugar, los policías destacaron las cualidades de Dahyana, consternados y sorprendidos por la decisión que había tomado la joven oficial, en medio de la congoja de los vecinos que habían llegado a conocerla.
Su foja de servicios fue resaltada no sólo por sus compañeros de calle o de oficina, sino también por sus superiores, a la hora de recordar su paso por Villa María, aunque haya sido de poco más de un año.