Por la mañana cada una de las instituciones de la localidad recibieron por parte del municipio una bandera, con el escudo del pueblo, estampado sobre fondo blanco.
Cada una de esas banderas fueron parte por la tarde, junto a banderas nacionales, de las entidades y de la papal, de la Procesión religiosa que pasó al frente de una decena de edificios y fue sumando a sus representantes, abanderados de la fe institucional de una población, emblemas de esperanza en un porvenir.
En el club Ricardo Gutiérrez tres jóvenes y un dirigente, en el Centro de Jubilados y Pensionados tres abuelos; luego al predio donde se encuentran enclavadas los centros educativos de los tres niveles: la escuela primaria Comandante Luis Piedrabuena, el jardín de infantes del mismo nombre y el IPEM 180 (anexo de Ticino), en ese orden, engrosaron la peregrinación; de allí la marcha continuó por la Cooperativa de Electricidad, el Consorcio Caminero 175, el Cycles Motor Club, el Museo y el Juzgado de Paz, el destacamento policial y el Dispensario, la Municipalidad y la estafeta postal, para culminar en el templo. A cada paso, el sacerdote Damián Bitar fue dando las bendiciones para fortalecer al conjunto que hace a la vida del pueblo.