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A las aguas de nuestro río hay que disfrutarlas responsablemente |
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Como cada verano, las playas de Villa María explotan. Es el agua del río la medicina infalible contra el insoportable calor que domina las calles de la ciudad, por lo que las multitudes se agolpan buscando esa pócima tan placentera como necesaria. Claro que para procurar que el espectáculo del sol y la arena se desarrolle sin sorpresas ni disgustos, hace falta alguien que custodie el escenario.
Ahí están los bañeros entonces. Un grupo de personas que vela por la seguridad de tanta gente amontonada, y que en esta temporada, dice nuevamente presente.
“La labor de los bañeros es realmente muy importante, ya que son ellos los que le brindan la seguridad a la gente. Su trabajo se basa en la prevención, en dar el alerta sobre que cosas no hacer en la playa, y en el caso de que algo ocurra, actuar para impedir una desgracia”, comenta Juan Rosso, superior de Inspectores de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana. Al respecto, hace hincapié en los peligros que alberga el ex Río Tercero, al que define como un afluente “muy cambiante”. Curvas, árboles, troncos sueltos y pozos de arena representan las amenazas más contundentes.
Si bien los riesgos son sensiblemente inferiores a los que se tenían hace algunos años atrás, cuando la profundidad y correntada del río generaban varias muertes por año, los expertos le siguen guardando mucho respeto al Calamuchita.
Por eso, la Municipalidad ha puesto en servicio a un total de 27 guardavidas, repartidos a lo largo de la extensa costanera. La totalidad de los bañeros han recibido una capacitación de entre uno y tres años para realizar su labor, por lo que tienen conocimientos acabados en materias como natación, rescatismo y primeros auxilios. Los profesionales se distribuyen todos los días (desde principios de diciembre) en 11 playas distintas, a saber: Barrancas del Río, Santa Ana, Bajada Reconquista, Bajada Mendoza, Bajada Entre Ríos, Bajada Elpidio González y Gornitz, Bajada Sargento Cabral y Gornitz (detrás del Anfiteatro), Mariano Moreno (en dos playas diferentes), Vista Verde y zona de compuertas.
Este último es, según los inspectores, el balneario más peligroso, y por ende, el que amerita mayores precauciones. Allí, los guardavidas debieron realizar dos rescates en lo que va del verano, por suerte sin consecuencias mayores. “La parte inmediatamente posterior a las compuertas es sin dudas la más complicada. Los bañistas deben actuar con sumo cuidado en esa zona, ya que la correntada viene con bastante fuerza y el trabajo que se está haciendo con el puente hace que aparezcan pozos y huecos profundos”, previene Rosso.
Por último, el también bombero de profesión, con más de 43 años de servicio, deja una reflexión relacionada con el comportamiento de la gente cuando acude a las playas locales: “Lamentablemente, a veces no alcanza con las recomendaciones que damos. Nosotros informamos, tratamos de prevenir, pero muchas veces los bañistas no escuchan. Si hasta en diversas ocasiones necesitamos apoyo policial para que nos hagan caso. Le pedimos encarecidamente a los habitantes de Villa María, Villa Nueva y a todos los turistas que vienen a visitarnos, que escuchen a los guardavidas, que sigan sus consejos. Entre ellos, que se mantengan a la vista, que no se separen demasiado y sobre todo que estén permanentemente pendientes de los niños. La prevención es la clave para evitar desgracias. Tenemos una costanera espectacular, disfrutémosla responsablemente”, insiste Rosso.
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