Se escuchó decir que quienes viven en el departamento del frente no sólo son los inquilinos, sino que también serían parientes de la propietaria.
Tal vez sea así, o no, pero lo que realmente ocurrió es que precisamente a la dueña del lugar (que reside en un departamento del fondo) le vaciaron su hogar.
¿Y dónde aparecieron los objetos robados? Nada más y nada menos que en casa de los inquilinos o sea, a apenas a un par de metros, quizás cruzando el patio.

Lo que faltaba atrás...

Los hechos se sucedieron rápidamente. El escenario del ilícito, en cierto modo insólito (máxime sin existen lazos familiares), quedó delimitado al predio situado en Porfirio Seppey 280, es decir, enfrente del Hospital Pasteur, ya en barrio San Martín.
La dueña (que vive atrás y alquila la vivienda que da a la calle) se ausentó el domingo pasado y, con ello, fue suficiente para que le llevaran poco menos que todo.
Sorpresa cuando regresó la mujer y se encontró (mejor dicho “no encontró”) conque le habían sustraído la cama, las sillas, el placard, varios electrodomésticos y, para sufrir más los rigores del verano, hasta la heladera le faltó.

...Estaba adelante

Sobrevino la denuncia ante la Policía, se dio aviso del robo a la Justicia y, durante la víspera, sustentados en sospechas e investigación mediante, el fiscal de Feria, Daniel Del Vö, ordenó el allanamiento del departamento que ocupan los inquilinos de la atribulada mujer.
¿Y qué pasó? Que allí estaban los muebles, electrodomésticos (sobre todo la heladera) y varios utensilios que le habían sacado a la dueña del lugar.
¡Flor de inquilinos!..., exclamó alguien. ¡Flor de parientes!..., dijo otro (para colmo con este calor).