Escribe
Pepo Garay
Días atrás, la noticia de la muerte de cinco personas causada por una caída de rayos en diferentes localidades de la provincia de Buenos Aires dio vuelta por todos los medios del país. Aquella tragedia explicitó como pocas veces las nefastas consecuencias que las tormentas eléctricas pueden ocasionar. Un fenómeno natural al que debemos prestar especial atención en nuestra zona, y tomar las medidas necesarias para evitar repetir las desgracias ocurridas.
“Esto lo debería saber toda la población, aunque al parecer y por lo que vemos permanentemente, la gente no termina de tomar conciencia sobre el asunto. Por ello es que lo repetimos: cuando hay avisos o el clima presenta síntomas de que se avecina una tormenta, dirigirse a lugares seguros y bajo techo, preferiblemente dentro de una vivienda. Nosotros, en nuestra tarea cotidiana, vemos que muchos habitantes de Villa María, ante signos evidentes de tempestad, continúan metidos en los ríos y en las piletas como si nada. Los peligros que presenta este accionar son muy serios”, advierte Guillermo Vedelago, primer jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios local.
El consejo, en principio, parece una obviedad. Pero a la luz de los hechos, y del comportamiento generalizado de la ciudadanía, resulta necesario subrayarlo nuevamente.
En ese sentido, Vedelago explica: “Este tipo de fenómenos, que se presentan con mucha frecuencia durante el verano, tienen que ver con un comportamiento normal de la naturaleza, ya que forma parte del ciclo de la misma. El problema está en el ser humano, que cada día está más descuidado y desafiante a todas estas cuestiones climáticas. Los resultados están a la vista”.
Los rayos
Los rayos son descargas eléctricas producidas generalmente por la influencia que las partículas positivas de la tierra ejercen sobre las partículas negativas de las nubes de gran tamaño, conocidas como cumulonimbus. En el inicio de su proceso, pueden generar descargas de entre 100 y 1.000 millones de voltios, y una temperatura superior a los 27 mil grados centígrados. En su desarrollo, buscan hacer contacto con elementos “agudos”: un árbol, una antena, un poste y, naturalmente, un ser humano.
“Es necesario que la gente comprenda los peligros del tema. Esto no significa entrar en paranoia, pero sí tomar las medidas necesarias para evitar males mayores. Debemos entender que durante las tormentas eléctricas, cualquier elemento que esté en la superficie de la tierra actúa como pararrayos, y eso incluye a los seres humanos en particular. Tengamos mucho cuidado con esto, ni bien veamos que se avecina un temporal, salgamos del río y de la pileta y tratemos de buscar refugio inmediatamente. No subestimemos a la naturaleza, que es muy poderosa”, concluye Vedelago.
Consejos a tener en cuenta
Ante la presencia de una tormenta eléctrica, se recomienda tomar los siguientes recaudos:
Al aire libre:
* Intentar resguardarse en una vivienda, edificio o vehículo cercano.
* Alejarse de objetos “agudos” (postes, antenas, árboles, etcétera).
* Agacharse lo más posible.
* Evitar bajo cualquier circunstancia recostarse (la tierra húmeda es una muy buena conductora de electricidad).
4 En el caso de encontrarse súbitamente en el agua, jamás levantar un brazo.
En el interior de una vivienda:
* Desconectar todos los aparatos eléctricos.
* Alejarse de objetos metálicos.
* Obstruir las corrientes de aire.
* Evitar el uso de teléfonos fijos (no así de inalámbricos o celulares).
En el interior de un vehículo:
* Por ningún motivo abandonar el interior del mismo hasta que finalice la tormenta.
4 Cerrar todas las puertas y ventanas.
No tocar las partes metálicas del coche.
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