El Costanera Rock cuenta con características bastante peculiares. Puede reunir a diferentes grupos etáreos, desde los más chicos, que comienzan a acercarse a la música y a la estética rockera hasta los más veteranos, que arriban con sus hijos a respirar un poco de esos aires sonoros cargados de distorsión y poesía urgente.
Hasta puede conciliar en una misma postal a una familia sentada en reposeras y un aficionado que se instaló -en el estricto sentido de la palabra- frente al escenario con un colchón y una almohada, coronados con un tetra de tinto en un extremo.
En la grilla, el eclecticismo también hace bandera. El domingo pasado, el evento organizado por Juventud y conducido por Gastón Moreyra aportó unas dosis de rock frenético a cargo de los novatos de Infrahumano, una sobrecarga de heavy duro y combativo gracias a Mutilador -que sufriera un corte de energía por el sobrecalentamiento de una potencia debido al intenso calor- y un hard rock salvaje mechado con texturas de nü metal, entregados por Epica.
Acto seguido, la banda de pop/rock, Pixel, bajó los decibeles para mostrar la mejilla cándida del género con temas propios y covers como “Sweet child o´ mine” de Guns and Roses y “Hombre al agua” de Soda Stereo.
El clima, ideal abajo y arriba del escenario, permitió el ascenso de De Bueyes, una suerte de repliegue de la diáspora bersuitera, después de las 22.30. Capitaneados por un afinadísimo Dani Suárez como “frontman”, el grupo lució de menor a mayor sus mejores galas de la mano de piezas de su primer disco “Más que una yunta” como “Transparencia”, el corte tango/rock “De una pasión” y la pícara “Un dicho popular”. Entre pizcas de covers coladas en temas como “Mañana en el Abasto”, se prestaron a identificarse con el apellido “Vergarabat”: de la anterior banda interpretaron “Inundación”, “Espíritu de esta selva” y “Esperando el impacto”.


Bravín por Cánova

El domingo por la noche, la Noche de Tango en la explanada del Libertador General San Martín padeció una baja inesperada. La orquesta típica Simplemente Tango no pudo actuar debido a que su director y bandoneonista, Héctor Cánova, sufrió un cólico renal. En su lugar, se hizo presente el destacado quinteto Clave de Tango, comandado por el fuelle de Oscar Bravín. Desde el micrófono, Renato Sansinanea advirtió que a veces lo que se ha programado y sale en los diarios puede modificarse.
En la velada se incluyó además el conjunto Damián Torres Trío de Córdoba, cuyos músicos interpretaron su repertorio con ropas cómodas como bermudas, como se observa en la foto. En el primer tramo de la noche actuó como debutante el vecinalista de barrio San Justo Dardo Giuliani, el reconocido cantor Jorge Larrué y Cristina Mercó, la solista que fuera acompañada por su hija Manuela Mercaú en tangos y temas románticos.
En la previa, la academia dirigida por Yanina Zanellato aportó clases de milonga a los asistentes. Entre ellos, se anotaron varios jóvenes que no le perdieron pisada al “dos por cuatro”.