Señor director:
Les escribo para aclarar algunos términos maliciosos vertidos en mi contra por Alberto “Tito” Godoy, Néstor Gea y Marisa Román.
Antes quería informar que no hice público mi nombre en la misiva anterior por razones de seguridad. Viendo los antecedentes antes mencionados: violaciones, amenazas, crimen, etcétera, cualquiera percibe que estamos ante personas con frondosos antecedentes. De hecho, en días cercanos a la apertura del Viandero recibí amenazas de esa gente, vía mensaje de texto. Oportunamente denuncié ante la Justicia que pudo comprobar que lo hacían a través de sus teléfonos celulares. Por tal motivo, les pintaron los dedos y les abrieron una causa penal. También denuncié un hecho de violencia cuando fui agredida a golpes de puños en una escuela pública por un hijo de Marisa Román y la directora tuvo que interceder.
No soy una puntera política rentada como ellos dicen. Es por ello que los invito a presentar documentación que justifique tal afirmación que es totalmente falsa.
Milito activamente en el Partido Justicialista, pero eso no es impedimento para que salga a denunciar la realidad del barrio y todo lo que ha hecho el Gobierno del intendente Accastello por los vecinos.
Son ridículas las coartadas expuestas por Marisa Román en la entrevista.
Con respecto a la denuncia que formuló contra su marido por haber abusado sexualmente de su hija. La misma expone que escuchó un rumor y, sin hablar con su marido, fue a denunciarlo a Tribunales. Nadie denuncia a un familiar por un rumor. Lo cierto es que ese día ella misma protagonizó un escándalo en el barrio y le gritaba a viva voz a su marido: “Violín, degenerado”, y todo tipo de improperios.
Cuando se refiere al hecho de violación protagonizado por su hijo, dice que su muchacho caminaba por la calle y una vecina lo acusó, inmediatamente lo detuvieron y lo mandaron a la cárcel de Bouwer. Nuestro sistema jurídico es garantista y no encierra a nadie por un rumor.
Miente cuando dice que los análisis de ADN son contradictorios. Lo cierto es que los dos análisis que tienen rigor científico arrojaron resultados positivos, confirmando que su hijo Ramón Quevedo abusó sexualmente de la niña de 4 años en su casa, donde funciona el Viandero, y está en la cárcel a la espera de una condena. Anteriormente, siendo menor, violó a una niña de 3 años a la que le provocó importantes daños físicos, quitándole la posibilidad de ser madre para siempre.
Con respecto al asesinato que le costara la vida a un adolescente, Marisa Román dice no saber nada, solamente que fue a dos cuadras de su casa y que, al día siguiente, ellos encontraron el arma; y que el marido, el mismo que había denunciado tiempo atrás por abusar de sus hijas, entregó el arma a la Justicia. Misteriosamente el arma fue limpiada en el trayecto que va del crimen al momento de ser entregada. No entiendo cómo dice no saber nada, cuando fue un millón de veces a Tribunales a declarar por ese caso. Y su sobrino, que vive más en esa casa que en la propia, está formalmente imputado por la Justicia como cómplice.
Posiblemente, ante la repregunta del cronista, esa construcción de mentiras se hubiera derrumbado fácilmente.
En cuanto al apoyo de la Central de Trabajadores Argentina, el día jueves 13 de enero, en la página 5, El Diario publicó la posición oficial de la CTA, a través de la dirigente Alejandra Ardiles, quien comunicó que no guarda relación alguna con el Viandero “Madres en Lucha”.
Es incomprensible que se trate de usar como escudo una central de trabajadores que surge heroicamente como un medio de oposición a las políticas entreguistas y neoliberales del menemismo.
Además, en la ciudad cuenta con la trayectoria de dirigentes como Camilo Rodríguez, Jesús Chirino, José Luis Bernabé y el actual secretario General Jorge Heredia, sólo por mencionar algunos.
Es por ello que les pido a los responsables del Viandero que intensifiquen las medidas de seguridad para que no vuelvan a suceder nuevas violaciones. Especialmente a Alberto “Tito” Godoy por ser padre de familia. No así a Néstor Gea que no sé qué tipo de vínculo o relación lo une a la dueña de la casa que no le permite ver la realidad.
Marcela Zapata
DNI 23466129
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|