La alimentación de la mujer embarazada influye mucho en la calidad de los dientes que llegue a tener su hijo. El calcio y el fósforo son dos de los principales componentes de los huesos y de la dentadura, por lo que la dieta de la madre deberá incluir alimentos ricos en ambos nutrientes.
Los cuidados que se le brinden al niño en sus primeros meses de vida le podrán garantizar una dentadura saludable en la infancia y la adolescencia. A continuación una lista de alimentos en los que se pueden encontrar estos nutrientes: calcio: leche y sus derivados (queso, yogur, manteca, etcétera), sardinas, vegetales de color verde oscuro (espinaca, acelga, lechuga, achicoria, pepino, etcétera), frutas cítricas (limón, naranja, melón, kiwi, etcétera), fósforo, carne roja, pavo, pescado y huevos.
Una vez que el bebé ha nacido, la atención que se le preste a la salud de su boca permitirá que las encías, los dientes y el hueso que los soporta se desarrollen sanos.
Desde el primer momento de vida del bebé la madre debe verificar que el interior de la boca del pequeño esté saludable, es decir, libre de irritaciones, malformaciones o, incluso, de dientes prematuros.
La mucosa bucal de un bebé debe tener apariencia suave, color rosado, estar libre de sangrado, de dolor y de dientes. Su saliva ha de ser cristalina, sin olores ni sabores desagradables. Y mientras no tenga edad de su primera dentición, las encías deben ser lisas y sin abultamientos. Ante cualquier cambio de coloración e irregularidades se debe consultar con el odontopediatra.
Los primeros dientes
Hacia los seis meses de edad se inicia lo que se conoce como la primera dentición, los llamados "dientes de leche". A partir de ese momento habrá que enseñar al pequeño una rutina diaria de aseo bucal. Es aconsejable que cuando haya completado su primera dentición (hacia los tres años de edad) se haga la primera visita al odontólogo.
Es importante que el niño se familiarice con el cepillo de dientes, y que sepa cómo y para qué se usa.
En principio, el aseo puede hacerse con agua y cepillo. Paulatinamente se incluirá una pequeña cantidad de dentífrico al aseo diario. En niños pequeños no importa en qué dirección se cepillan los dientes. Lo que cuenta es procurar un buen aseo de su dentadura. La pasta dental con flúor se convierte en un excelente aliado de la salud oral de los niños, pues este mineral fortalece el esmalte dental y da resistencia para soportar el ataque de la placa bacteriana, que es la causante de la caries y las enfermedades periodontales.
Azúcar, dulce enemigo
Paralelamente con el aseo, es necesario observar una adecuada dieta en la que se reduzca la cantidad de azúcar que permanece en la boca del niño (golosinas y frutas secas).
También se debe evitar que duerma con la mamadera en la boca, en especial si contiene leche o jugos, ya que los ácidos y el azúcar en ellos contenidos dañan el esmalte dental y favorecen la aparición de caries. Todos los cuidados durante la primera infancia de los niños tienen que complementarse con la visita periódica al odontólogo.
Silvina A. Vázquez
Odontóloga - Odontopediatra
Policonsultorios AMEL
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