Graciela y Sergio no pudieron viajar, porque prefirieron no tocar sus ahorros ("tampoco tenemos mucho") para comprarse algunos muebles para el hogar. Coincidieron sus vacaciones en sus respectivos trabajos y decidieron disfrutar de Villa María. Apenas comenzó la siesta de ayer, llegaron a la zona de la bajada Entre Ríos con su equipo de mate y sus galletitas. "Gastamos poco. Todos los días venimos con el mate y un paquete de masitas. No tenemos hijos, por lo que somos gasoleros. Nos arreglamos con poco y lo pasamos bien", contó ella a EL DIARIO. Su veraneo en la ciudad comprende tardes de río, siempre en esta zona (en que confluye mucha gente) y noches también en la costanera. Muchos villamarienses encontraron en la costa "su lugar" para pasar la estación con más vida del año. Si bien durante los días de semana las playas concentran mucha gente, lo que ocurre los días sábado y domingo superó las expectativas. Es notable ver la cantidad de automóviles estacionados desde el boliche "Fin de la costa" hasta pasar Puerto Madero, la playa de barrio Mariano Moreno. Es casi imposible encontrar mesas y sillas después de los mediodías y las arenas se ven colmadas de niños, jóvenes y adultos. En Navidad y Año Nuevo, por ejemplo, parecieron hormigueros. También, a diferencias de anteriores temporadas, se encuentra absolutamente atestado el "arenero" durante los fines de semana. Esta es la playa más extensa de Villa María, situada en el barrio Vista Verde. Si bien por la obra de dragado del río se perdió una gran extensión de arena, aún conserva una importante playa. Allí van muchas familias y también muchos grupos de jóvenes. Anita concurre a diario. "Vengo siempre. Cuando uno se acostumbra a una playa, luego es difícil cambiar de destino. Durante los días de semana es tranqui, creo que es ideal para aquellos a los que no les gusta estar con tanta gente. Los fines de semana crece notoriamente la cantidad de personas, pero como nos gusta, igual venimos. Lo toleramos", dice entre risas, acompañada de algunas amigas. Pasaron dos días en Villa Carlos Paz ("nunca vimos tanta gente como este año, había que hacer cola para todo, para comer, para cargar nafta...") y el resto del verano se vive en Villa María. "¿Cuánto gastamos? Creo que lo que más nos causa gasto es la nafta de la moto para venir todos los días hasta acá (se ríe). Uno le carga cinco pesos y es nada, es gastar cinco pesos todos los días, es una playa alejada pero nos encanta...", indicó. Anita cuenta, junto a sus amistades, que el mate es infaltable y siempre unos seis o siete pesos de bizcochos. "Con eso nos arreglamos. Además traemos agua de nuestras casas, porque con tanto calor tenemos mucha sed", señalan. Los consultados por nuestro matutino tienen por lo general las mismas costumbres y sus gastos rondan por similares valores. No más de diez pesos entre un grupo de tres o cuatro para comprar galletitas o bizcochos y con eso pasan la tarde. El mate es el infaltable, el invitado en cada ronda. La noche La ciudad tiene en su costanera el gran atractivo para quienes descansan aquí. La ribera del río es playa durante el día y caminatas y viajes en moto y en auto durante las noches. Como siempre, se ve atestada todos los días. Hasta las 2 de la mañana el movimiento es notorio, sobre todo desde bulevar Cárcano y avenida Libertador, hasta Libertador y avenida Dante Alighieri. En esa zona, las heladerías concentran gran cantidad de personas. Un helado de dos bochas orilla los cinco pesos. Tampoco hay mesas y sillas disponibles si no se llega temprano. En estas cuadras se observa a muchos motoqueros y jóvenes. En la zona del Polideportivo, en cambio, hay bastantes grupos familiares que van a cenar, también de manera gasolera. Sandwiches preparados en casa y gaseosas o jugos. Los domingos, en tanto, toda la ribera acapara ciudadanos. En la zona del Gaucho (en el ex camping municipal, frente a la Gruta de la Virgen de Pompeya) hay asados masivos y autos por doquier. Como dato a destacar, hay que contar que está de moda el parador "Me matan limón", en barrio Santa Ana, que es imán para muchos jóvenes (van a tomar algo y pasar el rato). Las cervezas van de 14 a 20 pesos, la caipirinha 30 y el fernet está en 25 pesos. Son las bebidas que más salen. Allí hay buena música y es la única opción en la playa. Otro dato: detrás del reloj de sol, en avenida Naciones Unidas y costanera, se agrupan diversos conjuntos de jóvenes quienes pasan horas sentados en el césped, hasta las dos o tres de la madrugada. El deporte Caminar, andar en bicicleta o correr sigue estando en la agenda de muchos vecinos. El Polideportivo siempre se luce con villamarienses que gustan del deporte y que se sienten bien haciéndolo. Después de las 20 se ven a muchos. En toda la ribera se observa a deportistas, pero como rasgo a subrayar aparece el de quienes rollean por la zona del Mariano Moreno y Vista Verde. Es que los patines volvieron a estar de moda y cada vez hay más personas que lo practican, por lo general adolescentes y jóvenes. Hay desde 300 pesos (de muy buena marca y calidad) en negocios de la ciudad, pero están quienes los alquilan, como el caso de Sol, que sale con sus amigas algunos atardeceres. Un local cercano al Anfiteatro los alquila "a quince pesos la hora u hora y media", cuentan las chicas abordadas por este matutino. Epígrafes: 1) La costanera ofrece diversos lugares para disfrutar del sol. Sobresalen el Santa Ana, bajada Entre Ríos y el Mariano Moreno 2) Mucha gente va al río todos los días. Hay 22 guardavidas, en 16 puestos diferentes en 12 balnearios que tiene la ciudad
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