La corrupción en la Argentina no es un hecho nuevo, sino que es la corrupción de siempre, planificada a través de leyes y realizada por la asociación ilícita constituida por la acción u omisión de los poderes políticos con el poder económico.
Para realizar un comentario sintético, sin decir todo lo que hay que decir, me voy a enganchar en aquel 12 de julio de 1982, en el que en apenas 40 días el ideólogo de todo, Domingo Cavallo, estatizó 25 mil millones de dólares de la deuda privada, dando comienzo así al vaciamiento del estado. Esto no fue motivo para terminar con la carrera política de Cavallo, ya que el conservador disfrazado de peronistas José de la Sota, le facilitó la oportunidad de ingresar a la Legislatura de Córdoba representando al Justicialismo, de allí a que sea ministro de Economía de Carlos Menem, no sorprendió a nadie y desde esa posición, siguiendo con lo planificado, no tuvo impedimento en comenzar a regalar empresas del estado al sector privado, beneficiarias que para recibir el regalo fueron obsequiadas con propinas en subsidios de forma vergonzosa, los que fueron incrementándose con el tiempo hasta el día de hoy.
Recordemos aquel 1 de abril de 1991, cuando entra en vigencia la Ley de Convertibilidad, y con ella las inolvidables palabras de Cavallo, en las que aseguraba que con la nueva ley 250 mil pequeños chacareros se fundirían, cosa que ocurrió y nadie en ese entonces se dio por aludido. También dejaron de tener vigencia leyes que hacían al desarrollo económico y social de sectores que empezarían a funcionar bajo políticas laborales conservadoras como la demanda y oferta o la libre contratación.
Quizás los más perjudicados fueron los transportistas de carga de la provincia de Córdoba, ya que con la llegada de la ley de convertibilidad se derogó la Ley 1.224 por la de libre contratación. Todo el sector representado por Fecotac pasó de ser una institución independiente a ser dependiente hasta hoy, dándose en 2010 las mismas condiciones laborales que teníamos antes de 1946; la explotación del hombre por el hombre, realizada por las empresas monopólicas cerealeras, que en los últimos 21 años de gobiernos democráticos, con 19 del justicialismo, han hecho tanta plata, desmontado y comprado tanto campo que se asemeja a los latifundios de antes de 1946, pasando los 250 mil pequeños chacareros arriba mencionados y muchos más a trabajar las tierras de los nuevos potentados ni qué hablar de los salarios del peón rural, tan presente en las palabras del Gobierno, pero no me digan que no tuvieron tiempo de sobra para solucionarlo políticamente en estos últimos 19 años.
Por último, diré que mi partido Radical, de los últimos 21 años gobernó dos, a través de Fernando de la Rúa, mando a don Domingo como ministro de Economía y lo primero que hizo fue utilizar 40 mil millones de dólares de los jubilados, cuyos certificados deben estar registrados en papel higiénico igual que todos los préstamos del Anses al Gobierno de turno; también pasó (Ricardo) López Murphy, que redujo en 1.500 millones de dólares el presupuesto en Educación, todas políticas netamente conservadoras, pero lo más grave hubiese sido que mediante coimas se sancionara la ley de reforma laboral basada en la libre contratación sobre el empleo, debería estar preso, lo que es inadmisible, es que se haya tenido que ir por un golpe de Estado.
En un país que va a cosechar 110 millones de toneladas de granos, con el precio internacional de la soja a niveles extraordinarios, daría la sensación de que ni hacen falta políticas de Estado para el crecimiento económico, pero lo cierto es que si no hacemos que nuestros representantes gobiernen con ética y moral, unifiquen criterios y gobiernen para todos, nos va a ir muy mal.

Osvaldo Ribetto
DNI 6595526