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Ambrosio (derecha) advirtió que una persona que mata con revólver va presa, pero quien mata con su auto queda libre. Solicitó que los jueces tengan sentido común |
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“Cuando un papá concurre a la funeraria a elegir el último traje de su hijo, no sólo se le derrumban sus sueños y los de quien murió, sino que se derrumba la vida. Esta lucha no es para nosotros, es para todos.”
La frase caló hondo entre los presentes en el acto que se desarrolló en el atardecer de ayer en el subnivel de Villa María, y pertenece a Julio Ambrosio, el hombre que, tras la muerte de su hija Laura, creó la campaña de las estrellas amarillas a nivel nacional. Esa campaña que intenta recordarnos, a todos, todos los días, que la gente muere en las calles por “hechos de tránsito” (y no accidentes, como él reflejó) que alguna vez tienen que desaparecer.
Fue un acto conmovedor, que reunió a padres, hermanos, hijos y amigos de víctimas de este flagelo que arrincona en el dolor a la Argentina. Consistió en la plantación de un árbol y el descubrimiento de una placa, al cumplirse un año de la llegada de esta cruzada a la ciudad, de la mano de Lucía Gigena, la mamá de Damián Deheza, al que perdió cuando una mujer cruzó un semáforo en luz roja y lo atropelló.
Con una entereza admirable, y un inconmensurable dolor a cuestas (que se reflejó en todo momento en su rostro), Lucía encabezó la ceremonia al aire libre y apuntaló a una mamá que se desvaneció a pocos minutos de iniciado el acto, abatida por la tristeza.
“Este flagelo ya no da para más. Hubo 8.500 víctimas en un año. Con la misma vehemencia que los legisladores luchan por las reservas del Banco Central, quiero escucharlos debatir sobre este flagelo, y que declaren la emergencia vial”, demandó Ambrosio en su discurso.
El único funcionario que acudió al evento fue el presidente del bloque de concejales del partido gobernante, Unión por Córdoba, el edil Carlos De Falco, probablemente el que más cerca estuvo de la ciudadanía en los últimos años.
“Las reservas del país no están en el Banco Central, me permito decirles con todo respeto a los legisladores nacionales. Están acá”, dijo señalando a los jóvenes que tenía cerca, quienes vistieron remeras alusivas a la campaña.
“A estas reservas hay que cuidar”, remarcó.
Ambrosio recordó que “era un puñado de dolor cuando arrancamos con esto” y contó que recorrió diversos puntos de la geografía provincial y nacional.
“Uno ve cada vez más estrellas en las rutas, en las calles de nuestros pueblos y ciudades. Con ellas ve el tremendo dolor que hay en la sociedad por estos hechos, porque son hechos, no accidentes”, sostuvo.
“Sabemos que vamos creando conciencia con el corazón, sin subsidio económico alguno. Recorremos miles de kilómetros sin cansancio”, añadió.
El titular de la Fundación Laura Ambrosio Battistel (el nombre de su hija fallecida) afirmó que “este año vamos a terminar este flagelo que tiene nombre y apellido: todos, ciudadanos y gobernantes, somos responsables”.
Luego, cuestionó con vehemencia a funcionarios “que se encuentran atornillados a sus asientos, incapaces de ejercer su trabajo”, destacando que “ni siquiera el pueblo los eligió”.
“Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay solucionaron este flagelo, y nosotros vamos en retroceso”, expresó.
“Estamos en el primer puesto, junto a México”, en este penoso ranking de las víctimas.
Ambrosio declaró que no quiere “carteles ni publicidad oficial sobre la Policía Caminera, sino campañas”.
“Pido que se pinten las rutas, que la Caminera esté en todos lados, no sólo en algunos para que se vea. Dicen que por la Caminera se redujo en un 48% la cantidad de hechos de tránsito pero es mentira, hagan matemática y verán que es mentira”, recalcó.
“En menos de 13 meses hubo 560 muertes. Y hay más de dos mil personas que quedaron en silla de ruedas, lisiadas. En un año ingresaron al Hospital de Urgencias de Córdoba 11 mil lesionados, y salieron sin una pierna, quebrados, sin vista”, precisó con dolor.
“Además, está el daño psicológico que esto causa y a eso lo vieron recién”, dijo en alusión al desmayo de una mamá, en pleno acto.
La Justicia
Ambrosio, sin ánimo de entrar en polémicas, trajo a colación la demolición de la Casa de Gobierno de Córdoba. “Había otras prioridades - resaltó- como ésta (la vial). Hacer una autopista no significa que el problema esté solucionado. La muerte está en todos lados. Yo lo sé, nadie me lo ha venido a contar”. En este tramo de su discurso, aseveró que “la Justicia tiene una gran responsabilidad en el tema” y pidió que jueces y fiscales “se pongan de una vez por todas los pantalones largos”, recalcando que una cosa son los accidentes y otra “los hechos de tránsito”.
“Accidente es cuando uno viene conduciendo con cumplimiento de todas las normas de tránsito y se le cruza un animal o se le revienta la goma y se produce una tragedia”, puntualizó. “Y otra cosa es la violación de las reglas de tránsito y en ese caso se está cometiendo un delito”, añadió.
“Eso es un homicidio simple con dolo eventual (Nota de la Redacción: el dolo eventual hace referencia a que uno debería haberse planteado lo que podía ocurrir con una conducción negligente; por ejemplo, al cruzar el semáforo en luz roja uno debiera comprender que con esa conducta se puede matar a alguien), acá y en cualquier lugar del planeta”, manifestó enfático.
“No hace falta sólo el título de abogado para ser juez y fiscal: hay que tener también idoneidad y sentido común, lo que carecen muchos de ellos. Y sin esto, no hay justicia. No quiero una Justicia degradada”, declaró.
“Aquí una persona atropella con su automóvil, deja abandonada a la víctima, se fuga y es imputada por homicidio culposo (N. de la R.: matar sin intención) y está en su casa en libertad y sigue conduciendo”, expuso.
No es venganza
Ambrosio dejó en claro en su alocución que la campaña “no busca venganza sino justicia” y que está basada en “el amor al prójimo”, pero “eso no indica que titubearemos”.
“El único compromiso que tenemos es con la vida de los jóvenes. Creo que éste será el año de la justicia. Si un país quiere vivir en democracia, no lo conseguirá sin justicia. Cuando una nación pide justicia, vive de rodillas y los argentinos no vamos a vivir de rodillas”, indicó.
“Los jóvenes, esta hermosa juventud, toma conciencia. Ellos son los bomberos de este incendio. Somos nosotros, los adultos, los que estamos perdidos, no la juventud. Hagámonos cargo, yo me hice cargo de mi parte”, expresó.
Luego solicitó que se declare la emergencia vial, porque “necesitamos una sola ley, que rija en todos lados, porque la vida debe valer lo mismo en cualquier parte”.
“No cederemos ni un minuto, y esto no es odio, es amor, pero eso no significa debilidad. Es firmeza, la firmeza que da el dolor. Tengo una esperanza grande con la Justicia, he hablado con fiscales y encontré eco, es un grupo minúsculo pero trabajan para que los demás se sumen”, reveló.
“Muchos de nuestros chicos se fueron antes con el Señor por negligencia. Los jueces deben entender que son padres y madres y tener sentido común. Por ellos también luchamos”, concluyó.
Diego Bengoa
Fotos: Roberto Babalfi
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