Por Orlando Barone
Agarrados de los genitales, ya estrujados de tanto estrujamiento, los candidatos anti Gobierno se enfrentarán con la impostergable obligación de tener que pagar el interesado empréstito que usufructuaron durante todos estos años.
¡A pagar! Les llegará la orden y será la sociedad la que deberá hacerse cargo por ellos de tantas puestas en escena, de tantos reportajes y de tantas apariciones en pantalla que les fueron ofrecidos con la tácita promesa de saldar la deuda apenas obtengan éxito.
Las señales e indicios los colocan en el riesgoso trance de ser deudores morosos. Pero aún perdiendo en todos los frentes la deuda impaga les pesará como un insano sobrepeso. Sometidos, atados, esclavos de sus socios inversores -los grandes medios y sus grandes mensajeros- irán dejando a su paso las trizas de un espejo partidario o de doctrina ya roto. ¿Cómo volver a “ser” después de haber sido empujados a ser como los medios les imponen?
A medida que se acerquen las elecciones todos los predicadores que militan en la derecha van a intentar deslizarse hacia la izquierda. No hacia la izquierda que, sin saberlo, aspira a ser derecha, sino a la izquierda que produce este Gobierno. El kirchnerismo, la Presidencia de Cristina. Un instinto de salvación les dirá que para ganarle al kirchnerismo tendrán que simular una orientación que no practican. Por lo bajo les pedirán permiso a sus patrocinadores para que les dejen escenificar esa apariencia. Copio a la escritora española Almudena Grandes. Ahíta de la rabiosa oposición a Zapatero se preguntaba cuan agotador era pretender “ser más socialista que los socialistas y más sindicalista que los sindicalistas…”. O más papista que el Papa.
Entonces, ¿cómo ser más kirchnerista que los kirchneristas? Si se llenan la boca acusándolos de fanáticos, de populistas, de atentar contra la libertad de prensa y de mentirosos de los derechos humanos.
La única forma de intentarlo o de aspirar a conseguirlo hubiera sido no haber contraído tamaña deuda con los grupos mediáticos anti Gobierno. Y antagónicos de este proyecto de inclusión y productivo. No hay candidato opositor que no tenga sobre sí un futuro de cautiverio. Es que deberán pagar este favor que les hacen los medios para que se pavoneen disfrazados de autonomía.
¿Cómo ser más kirchnerista que los kirchneristas? Quitándose la soga de los genitales. Si es que todavía sirven.
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