A lo largo de este tiempo como lector del sector de maternidad de este diario te has interiorizado sobre la importancia de que el recién nacido reciba durante los primeros seis meses de vida la leche de su madre en forma exclusiva y a libre demanda. Por lo tanto, creo que estarás de acuerdo conmigo, de que hay que preservar este oro blanco para que nuestros niños crezcan sanos y bien nutridos. Con la extracción y la conservación de la leche materna se evita incorporar en forma temprana leche de vaca, la cual puede ser perjudicial si es que es incorporada en forma temprana e innecesaria.
Existen algunas situaciones que obligan a la madre a incorporar una forma distinta al amamantamiento para alimentar a su bebé, aunque esto no significa que deberá ofrecer sucedáneos de la leche materna (leche de fórmula). Estas situaciones están asociadas con la incorporación al trabajo antes de los seis meses del bebé o con alguna enfermedad pasajera de la madre o del bebé que impide la prendida al pecho.
Cuando digo “una forma distinta de alimentar al bebé” no me estoy refiriendo a ofrecerle una leche distinta a la de su madre, estoy haciendo referencia a que una persona diferente a la madre deberá alimentarlo cuando ella no está y si la causa es enfermedad y/o impedimento de la prendida al pecho, se deberá alimentar al lactante con leche materna (guardada y almacenada) la cual se suministrará con un gotero/cucharita/dosificador/mamadera/etcétera.
Para lograr esto tienes que aprender las técnicas para sacar tu leche y cómo guardarla para que sea utilizada cuando la necesites.
Para extraer la leche no tienes que esperar. Si sabes que deberás salir a trabajar a los dos meses de tu hijo o antes, te aconsejo que mientras estás de licencia comiences a guardar leche. Recuerda que tu cuerpo es una fábrica a demanda, por lo tanto es erróneo el pensamiento de que si te sacas leche tendrás menos para alimentar a tu hijo cuando pide, todo lo contrario. Puedes aprovechar el estimulo que provoca tu hijo cuando está mamando, “mientras él toma de un pecho, del otro te sacas para guardar”.
Amamantar en forma exclusiva todo el tiempo que se pueda ayudará a que la producción láctea sea suficiente. El amamantamiento es ideal de noche y de día. La incorporación de mamaderas (durante la licencia y en cualquier momento del día o la noche) conspira con el fracaso de la lactancia materna exclusiva.
Para extraer la leche puedes utilizar dos técnicas, una es la extracción manual y la otra utilizando un saca leche.
La extracción manual suele ser muy efectiva y muchas mamás la prefieren, sólo es cuestión de incorporar una buena técnica. Para comenzar tienes que lavarte las manos con agua y jabón, luego puedes utilizar alcohol para completar la higiene. Una vez que el alcohol se ha evaporado (tus manos están secas). Masajea suavemente el pecho desde la base hacia el pezón, lo que puede seguir haciéndose durante la extracción para favorecer la expulsión de la leche. Puedes colocar paños tibios y húmedos durante algunos segundos, tener al bebé cerca ayuda a que la leche fluya (figura Nº 1). Tienes que inclinarte hacia adelante y sostener la mama con la mano opuesta al pecho. Coloca el dedo pulgar en el borde de la aréola por sobre el pezón, y el índice por debajo (figura Nº 2). Presiona suavemente con ambos dedos hacia atrás (en dirección a las costillas), luego con un movimiento de pinza presiona hacia adelante (figura Nº 3). Con este movimiento estás comprimiendo los senos lactíferos (lugar en donde se encuentra el depósito de leche) realiza este movimiento varias veces. ¡Tienes que tener paciencia! Primero saldrán algunas gotas y luego saldrá en mayor cantidad. Estas presiones tienes que hacerlas alrededor de toda la aréola, de esta manera lograrás vaciar bien todas las zonas del pecho (figura Nº 4).

sConsejos con
bebés prematuros

• Si el bebé no puede tomar directamente del pecho para tener una buena producción tendrás que sacarte leche entre 6 y 7 veces por día y dedicarle 15 minutos por cada vez que realices la extracción. En caso de que el bebé haya nacido y no se haya podido prender del pecho esto te ayudará a que la bajada sea más rápida y en mayor cantidad.
• Debes evitar la congestión mamaria. Si tus mamas están siempre llenas y no hay alguien que saque esa leche, tu cuerpo entenderá que está trabajando si ningún motivo y dejará de producir, por otro lado esta congestión puede terminar en una mastitis.
• Busca lugares tranquilos, con buena temperatura para realizar la extracción. Lleva tus pensamientos hacia el bebé, esto te ayudará con la eyección de la leche.
• Busca apoyo del equipo de salud, ellos quieren que tu hijo reciba lo mejor, están velando por su salud y saben que la leche de mamá es todo lo que ese bebé necesita.
• Pregunta en la clínica si existe una bomba de extracción de leche.
• Emplea envases distintos para cada recolección y coloca en los mismos el día /mes y horario de la extracción.
• Emplea envases esterilizados para la recolección de la leche.
• Extrema los cuidados de higiene de los elementos/utensilios que utilices en la extracción, al igual que con la higiene de las manos.
• En el caso de bebés prematuros que pueden ser alimentados con la leche de su madre, se aconseja la extracción inmediata antes de alimentarlos. Sigue siempre el consejo del médico pediatra a cargo de tu hijo.
Fuente: Propuesta normativa perinatal, tomo III: Promoción, protección y apoyo a la lactancia materna (aprobado por Resolución N° 376 (SS), el 11 de octubre 1996.
Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación
vdga@arnet.com.ar