Aunque todavía no está dicha la última palabra, los investigadores del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que removieron los restos óseos hallados el martes a la vera de un camino rural de la zona de Tío Pujio, le adelantaron ayer al fiscal Gustavo Atienza que serían de antigua data.
Esta apreciación preliminar, basada en los conocimientos científicos de los especialistas que trabajaron en el lugar, indica -a priori- que el esqueleto no pertenecería a Mariela Alejandra Bessonart, la mujer de 38 años de edad desaparecida el 28 de setiembre de 2005 en Villa María.

La palabra oficial

El propio investigador de la “causa Bessonart” dijo anoche a EL DIARIO que “si bien todavía no hay ninguna definición por escrito, los peritos (del EAAF) me adelantaron que se trataría de restos antiguos”. Y cuando se le consultó sobre dicha antigüedad, Atienza respondió: “No hay precisiones”.
Sin embargo, una fuente cercana a los investigadores cordobeses señaló que los restos hallados tendrían una data de aproximadamente 15 años. De todos modos, se deberán aguardar los estudios pertinentes para determinar con más exactitud cuándo falleció la persona en cuestión. Y si se puede, bajo qué circunstancias (por muerte natural o violenta).
Respecto de cuándo se conocerá el informe escrito elaborado por los especialistas, el fiscal estimó que será “dentro de los próximos 30 días”, un plazo que consideró “razonable” para saber mayores precisiones sobre el esqueleto encontrado.
Atienza también señaló a este matutino que los peritos no establecieron aún si se trata de restos pertenecientes a una mujer o a un hombre, y que eso lo determinarán los análisis que comenzarán a practicarse en las próximas horas en el Instituto de Medicina Forense de la ciudad de Córdoba, que depende del Tribunal Superior de Justicia de la provincia.

Investigadores

Precisamente a ese centro de estudios científicos fueron trasladados ayer mismo los restos que fueron pacientemente removidos por los investigadores Fernando Olivares y Valeria Margherit, quienes arribaron al destacamento policial de Tío Pujio a las 11.40 junto al arquitecto Jorge Palumbo, oficial auxiliar de la Secretaría Científica de Policía Judicial, y el fotógrafo Raúl Linares, de la misma dependencia oficial.
Acompañados por el oficial inspector Emanuel Vivas y personal subalterno, los cuatro especialistas llegaron al lugar donde se hallaron los restos exactamente a las 12.15 y concluyeron su tarea luego de cuatro horas, una vez que desenterraron el cráneo y diferentes huesos como algunas costillas, la pelvis y extremidades inferiores, entre otros, y los colocaron en bolsas y cajas especiales.

A Córdoba

Minutos antes de las 16.30, la comitiva emprendió regreso a la capital provincial para iniciar allá los estudios correspondientes a los efectos de establecer sexo, data de muerte y posible causa del deceso.
EL DIARIO siguió buena parte de la actividad desarrollada por Olivares y Margherit, quienes utilizando una pala, espátulas, pinceles y otras herramientas específicas para su labor, fueron desenterrando minuciosa y pacientemente los restos óseos.
Por momentos bajo un sol abrasador, ante una elevada humedad ambiente y siempre en incómoda posición de trabajo (de pie, agachados o en cuclillas), los investigadores fueron extrayendo los diferentes huesos del zanjón donde estaban parcialmente sepultados.
Cabe señalar que dicho canal de desagüe fue construido por el Consorcio Caminero de la zona en agosto del año pasado, luego que se ensanchara la calle que pasa por allí. Y al parecer, la pala mecánica de la máquina vial que realizó la excavación habría removido parte del esqueleto, ya que no está completo.
Tal como lo informó este matutino en su edición de la víspera, el lugar donde se hallaron los restos óseos está ubicado a unos 16 kilómetros al oeste de Tío Pujio y a poco más de 3.000 metros de la escuela rural “John Kennedy”.

¿Caso forense o arqueológico?

Mientras realizaba su tarea, Valeria Margherit dijo a EL DIARIO que en una primera etapa de la investigación se determinará si están ante un caso forense o uno arqueológico, es decir si se trata de una persona muerta bajo circunstancias violentas, producto de un delito, o si los restos pertenecen a una persona fallecida con mucha antigüedad.
Minutos antes de las 14 llegó al lugar el fiscal Atienza, quien lo hizo acompañado por el secretario Juan José Aguilar (uno de los asistentes del fiscal Daniel Del Vö), el oficial inspector Maximiliano Funes y otros dos efectivos de la División Investigaciones de la Unidad Departamental General San Martín.
Luego de permanecer una hora en el lugar y tras conversar en privado con el investigador Olivares, el instructor de la “causa Bessonart” y su comitiva regresaron a Villa María.
Cabe señalar que en el lugar sólo se encontraron huesos humanos. Los especialistas no hallaron prendas de vestir ni restos de tela de ningún tipo, como así tampoco anillos u otros elementos que pudieran ayudar a identificar a la víctima.

Qué es el EAAF

El Equipo Argentino de Antropología Forense es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro, que aplica las ciencias forenses -principalmente la antropología y arqueología forenses- a la investigación de violaciones a los derechos humanos en todo el mundo.
El EAAF se formó en 1984 con el fin de investigar los casos de personas desaparecidas en Argentina durante la última dictadura militar (1976-1983). Actualmente, el equipo trabaja en Latinoamérica, Africa, Asia y Europa en cinco áreas programáticas: investigación, entrenamiento y asistencia, desarrollo científico, fortalecimiento del sector y documentación y difusión.
En la ciudad de Córdoba posee una oficina en la sede del Museo de Antropología, en la avenida Hipólito Yrigoyen 174 de la capital provincial, y depende de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba.

Sus objetivos

- Aplicar las ciencias forenses a la investigación y documentación de violaciones a los derechos humanos.
- Proveer esta evidencia en los procesos penales nacionales, comisiones especiales de investigación y tribunales internacionales correspondientes.
- Asistir a los familiares de las víctimas en su derecho a la recuperación de los restos de sus seres queridos “desaparecidos”, de modo tal que puedan cumplir con los ritos funerarios y el duelo a sus muertos según cada cultura o religión.
- Colaborar en el entrenamiento de nuevos equipos en otros países donde las investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos sean necesarias.
- Dictar seminarios sobre la aplicación de las ciencias forenses en las investigaciones de los derechos humanos para organizaciones humanitarias, sistemas judiciales e institutos forenses en distintos países del mundo.
- Contribuir a la reconstrucción histórica del pasado reciente, habitualmente oculto o distorsionado por las partes de un conflicto o las instituciones gubernamentales implicadas en los crímenes sujetos a investigación.


LAS FOTOGRAFIAS

1) El esqueleto estaba de costado y con las piernas flexionadas. No se hallaron todos los huesos

2) Pese a que el sitio del hallazgo está bastante alejado de zonas pobladas, varios curiosos se dieron cita en el lugar para observar el minucioso trabajo de los peritos cordobeses

3) En la foto los cuatro peritos junto al oficial inspector Vivas

4) El esqueleto, visto desde otro ángulo

5 y 6) Los investigadores Olivares y Margherit en plena labor

7) Pinceles, palitas, espátulas y otras herramientas usaron ayer los dos especialistas del EAAF